sábado, 23 de agosto de 2014

“SIRACUSA”, el cambio.

            Hace ahora ya tres años que pusimos nuestra mirada en Zaldi, por entonces nuestros planes pasaban por usarlo como barco escuela durante aproximadamente 5 ó 6 años. Nuestra intención era la de cambiarnos a una eslora un poco mayor, pero las intenciones son eso, intenciones. Hemos sopesado pro y contras, pensado con la cabeza y también con el corazón, luego lo hemos colocado todo en la balanza de las decisiones y la resultante ha sido la inesperada, nos quedamos con el barco, no voy a decir hasta cuando, creo que eso lo dirá el tiempo, pero la decisión ya está tomada.

          Ahora empieza de verdad el trabajo en el barco, Zaldi va a sufrir muchas modificaciones y mejoras, una de ellas y posiblemente la más importante, va a ser su nombre. Zaldi es el diminutivo de Zaldibia, localidad gipuzkoana situada en la comarca del Goierri. De ese pueblo era la familia del anterior propietario del velero, a nosotros la verdad es que el nombre nunca nos terminó de gustar, primero por que no teníamos nada que ver con ese pueblo y segundo porque veíamos que continuamente daba pie a confusiones ( en euskera zaldi significa caballo ).

       Para nosotros, el barco debe de tener su propia personalidad, queremos sentirlo cercano, algo que el nombre Zaldi no terminaba de hacerlo. Zaldi fue algo personal de otra persona y hoy nos toca a nosotros. El cambio lo haremos el próximo mes, tenemos muchas ganas de empezar con los trámites.

            Contrariamente a lo que podría imaginarse no nos ha costado encontrar el nombre que nos gusta a todos en casa, SIRACUSA. La decisión de ponerle este nombre está apoyada en diferentes motivos, allí nació y murió Arquímedes, matemático griego ( Sicilia pertenecía a Grecia por entonces ) y autor del conocido principio por el que se sabe de la flotabilidad de los barcos. Otra de las razones de la elección del nombre de Siracusa radica en la leyenda de Simbad, según la misma allí se guardaba “El libro de la Paz”. Y por último, y el motivo más importante para poner ese nombre, son nuestras ganas de conocer la isla de Sicilia y Siracusa, una ciudad cargada de historia, algún día la visitaremos.

           Bien, una vez explicados los motivos del cambio de nombre ( el cambio se hará respetando la tradición de los marinos bretones ), intentaré enumerar los cambios o modificaciones que vamos a intentar llevar a cabo, algunos ya se han acometido.

-Cambio de velas, ambas están envejecidas, el génova ya ha sido recientemente cambiado.

-Colocación de un enrollador de génova. ( Ya lo hemos colocado ).

-Sustituir las maltrechas mordazas que tiene por unos buenos stoppers. ( Ya están colocados )

-Colocar un piloto automático.

-El casco va a ser trabajado a fondo cuando se saque el barco a dique seco el año que viene.

-Se montará instalación eléctrica. ( Incluidas luces de navegación leds)

-A la botavara se le cortará el tramo que le sobra en exceso, aproximadamente 15 cm.

-Colocación en proa de una puntera con roldana para el cabo del ancla ( ya está colocada ).

-Si podemos intentaremos que la orza vuelva a ser abatible.

La lista podría ser más larga, de hecho creo que en un barco siempre hay algo que reparar o modificar, pero estos son los cambios principales que nos gustaría completar.

     Sigo pensando que algún día navegaremos en un barco de mayor eslora, no se cuando llegará, pero lo haremos. Cuando algo se desea con fuerza, tarde o temprano sucede. Entonces, quien sabe, tal vez sea el SIRACUSA II…

                                                 

                                                                                     - SIRACUSA -

lunes, 18 de agosto de 2014

A Baiona, una travesía hacia el norte.

          Desde que hace unas semanas vi el reportaje del Corto Maltés en su visita a Baiona, he estado mascullando la idea de navegar hasta allí. La distancia no sería un problema, 15 millas escasas desde Hondarribia, solo había que esperar una predicción de buena mar y viento para dos días durante la segunda semana de Agosto.

         Finalmente, decidimos hacerlo el viernes 15 y el sábado 16, vendría conmigo mi cuñado Migueltxo, arrantxale durante más de 15 años. El miércoles nos visitaba un frente no muy activo pero con vientos demasiado fuertes para Zaldi, asi que decidimos salir dos días después con el tiempo, a priori, más tranquilo…

         Nos llevamos dos bicis alojadas en el hueco de proa, pensamos utilizarlas para acercarnos hasta Baiona desde el puerto. Una la llevamos con las ruedas desmontadas y la otra es un modelo plegable que resultó todo un acierto. Partimos de Hondarribia sobre las 10h con cielo muy nublado y ausencia de viento. Las predicciones apuntaban a una mar de fondo de entre 1,7 y 1,8 m y viento de 8-9 nudos con rachas de 12 – 14, algo que de cumplirse estaría dentro de unos parámetros aceptables para nuestro modesto velero.

        Viernes 15

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         Salimos a motor hasta cerca del faro de Higer, enseguida nos percatamos que el mar está bastante más revuelto de lo esperado, desordenado sería la palabra adecuada. De momento el viento no aparece y estamos en esas durante media hora, intentamos aprovechar cualquier pequeño soplo de brisa pero nada, apenas nos movemos. El barco parece una pequeña batidora, el meneo es considerable y decidimos poner de nuevo motor, pero para entonces los estómagos ya han empezado a moverse…

       Tras navegar durante un rato de forma incómoda aparece por fin el ansiado viento, llega del WNW. Izamos la mayor,  desenrollamos el génova y paramos motor. Con el viento llegándonos casi por el través ponemos rumbo 40º y nos sentamos los dos a barlovento para equilibrar la embarcación. Nos colocamos enseguida la ropa de agua, vemos venir un txubasco hacia nosotros que no tarda en alcanzarnos, en unos segundos la lluvia nos cae con ganas. Le digo a Migueltxo que se meta al camarote, con que se moje uno vale, el barco navega bien y sin problema. Me agarro al timón y aguanto durante casi 15 minutos la incesante lluvia. Tras cesar el aguacero Migueltxo vuelve a salir a cubierta, por detrás vemos que probablemente vuelva a llegar lluvia más tarde.

       Son ya más de las 13 h y nuestros estómagos notan el meneo que estamos sufriendo, hace un rato hemos vuelto a soportar un txubasco que ha venido precedido de fuerte viento como suele ser habitual. Hemos dejado solo la génova y aún así no bajamos de los los 5 nudos. Tras el txubasco volvemos a izar la mayor y aprovechamos un rato de viento suave para comer algo rápido.

       Son las 14 h cuando nos situamos enfrente de la bocana por donde el río Adour sale a la mar, estamos a menos de dos millas de los espigones. La mar sigue dura y el viento está subiendo, en el gps hemos llegado a ver 7,5 nudos de velocidad. Con ayuda de unos prismáticos observamos la entrada, no parece que rompan las olas, la marea está baja pero el Adour tiene mucho calado. Decidimos asegurar la maniobra y enrollamos el génova, nos vamos a aproximar solo con la mayor. En caso de apuro pondremos motor y quitaremos la vela. A los segundos de haber quitado el génova vemos como nos llega viento muy fuerte por detrás, el barco navega condenadamente rápido, las olas nos llegan ahora ya justo por popa y me esfuerzo para que no nos crucemos. En unos segundos se desata un vendaval, al llegarnos por detrás no nos hemos percatado de la llegada de un nuevo txubasco y este lo hace en mal momento…estamos a poco más de 500 metros del espigón norte y la decisión es rápida, hay que bajar la mayor y poner motor enseguida. Se lo comunico a Migueltxo a gritos y arranco el motor, viramos lo más rápido posible para evitar una fuerte escorada y nos aproamos al viento. Me voy al palo mientras Migueltxo maneja firme el timón. Me autoaseguro al mástil y con la vela flameando de forma muy brusca abro el stopper para liberar la driza. Ayudo a la vela a bajar y enseguida el barco se tranquiliza, viramos rápido de nuevo y ponemos proa a la bocana. La lluvia nos golpea de nuevo, cae a cántaros y apenas distinguimos la costa, es una auténtica cortina de agua. Me guío por el compás, busco el 90º y aceleramos el motor, las olas llegan desbocadas por popa y conviene llevar cierta velocidad. Enseguida para de llover y vemos claramente la entrada, debemos de estar justo en la barra, el mar está muy desordenado y algunas olas nos llevan en volandas hacia dentro, estoy preocupado por las consecuencias de una atravesada involuntaria del barco, Zaldi es pequeño y se mueve muy nervioso en estas condiciones. Pero solo unos metros más adelante comenzamos a tranquilizarnos, ya está, hemos entrado, las olas son ya mucho más suaves.

Entrada

        Con el motor a más de media potencia vemos que no avanzamos rápido, apenas llegamos a los 3 nudos, es la fuerte corriente vaciante del río. Estamos a media milla del puerto y nos cuesta un rato llegar a el. Cuando entramos nos vamos directos al pantalán de recepción, amarramos y nos dirigimos a la oficina del puerto, rellenamos la hoja con nuestros datos y los del barco y nos adjudican un pantalán. Nos dirigimos enseguida a él, queremos comer y descansar un rato tranquilos.

     Tras comer un buen marmitako, nos echamos un reparadora siesta y tras ella nos duchamos en las instalaciones del puerto deportivo. Luego nos vamos con las bicis a Baiona que se encuentra a unos 4 km y dedicamos la tarde a hacer turismo.

      Al regresar de noche al barco tenemos una agradable visita, de un barco vecino viene Alex, un crío de 7 años que navega con sus padres, nos pregunta de todo, de donde somos, como nos llamamos, que hacemos allí, tiene curiosidad por ver el velero, le parece muy pequeño, el de sus padres es mayor, mucho mayor…un crió tremendamente simpático y muy bien educado.

       Tras cenar y tomarnos un café el cuerpo nos pide la horizontal, me he traído un libro para este momento “Crónicas de un tripulante” …, aguanto media hora leyendo y luego dormimos profundamente.

        Sábado 16

Captura3

        Hemos desayunado fuera del puerto, croissant calentito y café, hay que empezar bien el día, bueno, muy bien, yo me comí dos…

        El día está muy tranquilo, apenas hay viento y el poco que sopla es terral del SE. Tras pagar la cuenta del puerto, 12’5 euros, soltamos amarras a las 10 h y vemos que la desembocadura está hoy casi como un plato, que diferencia con ayer…

      Hay mar de fondo de un metro, pero es bastante tendida, de momento avanzamos a motor cómodamente a 3-4 nudos, las predicciones apuntan a que el viento comenzará sobre las 12 h para fijarse enseguida del NW. Para hacer más entretenida la navegación colocamos una caña por popa, fijamos la velocidad a 3 nudos y nos quitamos la ropa de agua que teníamos puesta, el sol va a salir enseguida y promete calentar.

      Con puntualidad, cerca de las 12 h, salen las primeras brisas, son del norte, aún flojitas, pero esperamos que vayan a más. Intentamos sacar las velas y navegar de través pero es pronto, apenas son unos soplidos con escasa fuerza, que no consiguen que Zaldi pase de dos nudos. Ponemos de nuevo motor y seguimos un rato así.

        Unos minutos más tarde notamos más brisa, paramos motor y volvemos a sacar velas, ahora sí, Zaldi ya empieza a pasar de los 3 nudos y parece que va a más. El sol brilla con ganas y el calor se instala. Poco a poco notamos como el viento se está colocando más al W y subiendo de fuerza, Zaldi navega en la gloria, avanzamos a 5 nudos con la ola llegándonos por la amura de estribor. De pronto veo algo por proa, espuma en la superficie, chapoteos, ¡ son bonitos, hegaluze !, grita Migueltxo. Fijamos nuestra vista en la caña esperando algún tirón, pero parece que pasan de largo, que pena. El viento sigue soplando bien y la mar está bajando, las olas no llegan al metro de altura, disfrutamos muchísimo.

      Poco después, un sonido de carraca nos avisa, ¡ han picado !, Migueltxo coge la caña enseguida y empieza la batalla, con paciencia, con mucha paciencia. Nuestro aparejo es débil, vemos complicado que aguante la mordida de un bonito, he recogido el génova para aminorar la velocidad. Tras 10 minutos de tira y afloja el sedal se parte ¡ que mala leche ! Lo primero que haré está próxima semana será cambiar el sedal del carrete.

      Nos centramos en la navegación, el velero se mueve con una soltura que nos hace llevar una sonrisa de lado a lado de la cara. Alcanzamos los 6 nudos con viento de través. Estamos a unas 2 millas de Higer y vemos muchos veleros por la zona entrando y saliendo de Txingudi. Llevamos uno de buen porte por la proa y a unos 300 m que lleva nuestra dirección, nos proponemos alcanzarlo y ver si somos capaces de ello. Trimamos todo lo trimable lo más fino posible, backstay, escotas, carros, pajarín, drizas etc, nos esforzamos unos minutos haciendo todo correctamente y vemos que da resultado, nos estamos acercando a el.  En apenas 15 minutos nos hemos hemos situado a escasos 10 metros de su popa, la imagen es bellísima, es un Hanse 42, le seguimos un rato, ellos entran al juego y nos divertimos un rato con el pique. Lógicamente, comienzan a trimar mejor ellos su aparejo y poco a poco van alejándose, es imposible que un velerito de 6 metros pueda con otro de más de 12, pero el rato ha sido muy divertido.

        Poco a poco entramos en Txingudi, la travesía acaba, ayer fue duro navegar, pero también se aprende y mucho en esos días, sobre todo uno se da cuenta de lo que puede navegar su barco y hasta donde llega uno sin dejarse perder por los nervios.

 

        La travesía a Baiona ha sido una grata experiencia, se que la repetiré. El primer día no pude conseguir ninguna imagen navegando, había que estar en el barco a todo menos a la cámara. Pero en mi memoria quedan esos momentos de viento fuerte de los txubascos, o la entrada al río Adour, o el mar muy desordenado, y como no, la sonrisa de Alex, un chaval que con 7 años ya vive el mar.

         

Edito tras haber recibido un correo de un buen amigo: Probablemente no hicimos todo correctamente, la aproximación sin vela alguna en el tramo final fue, como digo, una decisión errónea, con la génova algo enrollada posiblemente habríamos ganado en seguridad ya que el viento lo recibíamos de popa. Gracias amigo.

 

martes, 5 de agosto de 2014

SAFE TRX. Una aplicación para móviles de Salvamento Marítimo.

 

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         No me extenderé demasiado intentando explicar que es SafeTRX, creo que lo mejor es entrar en la página web de Salvamento Marítimo y ahí ver el vídeo y leer las explicaciones sobre la aplicación. A simple vista tiene buena pinta, además, creo que dar la posibilidad a los que se quedan en casa de poder controlar tu posición, puede aportarles mucha tranquilidad.

       Documento oficial de SafeTRX

        Como se puede leer, la aplicación no sustituye a los sistemas de alerta ya existentes, simplemente los complementa. Visto así un poco por encima, me recuerda algo a la aplicación que salió hace unos meses para emergencias en tierra, Alpify.

      Safe TRX se descarga gratuitamente y sin problemas, yo ya la tengo instalada y espero ponerla a funcionar lo antes posible, esta disponible tanto para Android como para Apple IOS