martes, 21 de diciembre de 2010

Dec de Lhurs, de sol a sol.

A veces ocurre, es como si una montaña no nos quisiera, es una historia de amor y desamor.
Si el valle de Lescun fuera un barco, el Dec de Lhurs podría ser su mascarón de proa. Hace poco leí que alguien lo adjetivaba como cumbre dolomítica, en esta ocasión hemos podido comprobar in situ de lo acertado que puede resultar ese calificativo a esta cumbre.
Llevaba ya varias veces intentando subir a esta cima, pero por diversos motivos nunca me había aupado hasta ella. Suele ser bastante normal que se intente hacer una ruta de ascensión diferente a la de bajada, el Dec no nos deja muchas opciones para ello. Aparte de la ruta normal que discurre junto al Lac de Lhurs el Dec solo tenía otra ruta y no muy conocida para llegar a lo más alto, es un corredor de cierta dificultad donde las condiciones de nieve juegan un papel decisivo a la hora de acometer ese trazado. Ya que en las dos anteriores ocasiones fue esa la ruta que no conseguí superar, comencé  a cavilar como podría subir hasta arriba sin utilizar ninguno de esos dos itinerarios conocidos y de esa forma utilizar la normal para el descenso.
En las visitas efectuadas al valle últimamente comencé a fijarme en una arista  de la vertiente sur, en principio no tenía mala pinta, se salvaría un duro desnivel pero parecía factible.
Comienzas a mirar mapas, planos, ortofotos, con el zoom de la cámara te acercas a la ruta, y un día te decides, será por ahí. Ahora solo faltaba esperar al día adecuado, en principio la idea era dejarlo para finales de primavera del año que viene, cuando la nieve ya está transformada y las laderas ya han drenado todo lo que les sobra.
Pero finalmente y dado las buenas condiciones meteorológicas y del buen estado de la poca nieve que queda en las cumbres, la ascensión se ha adelantado y este fin de semana hemos podido realizar ese pequeño sueño de subir al Dec de Lhurs por una nueva ruta.
Pirulo ha sido mi compañero de fatigas en esta montaña, la ruta la hemos comenzado con las primeras luces del día y no ha sido tan sencilla como esperábamos, una buen parte de la ascensión discurre por terreno lleno de plantas de argoma, arándanos y otros pequeños arbustos, hemos huido de ellos encaramándonos a un pequeño cordal donde se mezclaban los pasos herbosos y los rocosos. Un poco antes de la cota de los 1900 m la vegetación ha dejado paso a la roca y a la nieve. Un nevero que hemos tenido que atravesar en diagonal ascendente nos ha invitado a calzarnos los crampones y luego la roca ya ha sido la protagonista del resto de la ruta.
Una zona de roca suelta y descompuesta nos hace a prestar mucha atención en la progresión, se atraviesa un tramo laberíntico de grandes rocas y torreones que obliga a tener buen ojo a la hora de elegir los pasos más adecuados. Tras superar los torreones rocosos se sale a un marcado collado al sur de la cima en los 2.100 m +/-, allí se coincide con el sendero de la ruta normal al Dec, ya solo nos restan 60 ó 70 m de desnivel a la cima que se superan con algún pequeño paso sin gran dificultad en roca.
Para mi, la alegría ha sido enorme al ver el hito que marca el punto más alto, era una cumbre muy buscada y finalmente nos ha costado mucho más de lo esperado, nos ha llevado casi 6 horas llegar a la cúspide del Dec. Ahora no tenemos mucho tiempo, estamos en los días más cortos y son las 13´45 h. Sacamos unas fotos, apenas comemos algo y emprendemos el descenso por la ruta normal, en menos de una hora estamos en el Lac de Lhurs, con ayuda de un track seguimos por la ruta original tapada de nieve y cuando llegamos a Anapia las cumbres del horizonte ya están teñidas de rosa, señal inequívoca de que son los últimos rayos de sol del día.
Luego ya en penumbra recorremos muy cansados los poco más de 2 km de pista asfaltada que nos separan de Masousa, ha sido un día duro, una ruta de sol a sol.
Aquí puedes ver las fotos en grande
Aquí descarga el track

Untitled from Fernando BD on Vimeo.


Mapa y perfil de la ruta

domingo, 12 de diciembre de 2010

Pic Mouscaté, la montaña sigue enseñándonos.

Cuando vi el repor de Jefoce en Mendiak me vinieron lejanos recuerdos de esa cima casi olvidada y poco visitada. Hacía más de 20 años que pisé su cumbre y me propuse que sin tardar mucho volvería a ella.
Este sábado ha sido el día elegido, cielo azul por completo, ausencia de viento, nieve dura y bien transformada y la buena compañía de Antton, que más se puede pedir.
Como ya viene siendo últimamente costumbre tocaba darse un buen madrugón para llegar a tiempo y gozar de otra buena ascensión en Lescun.
Arrancamos a oscuras de Masousa pero pronto llega la luz al valle, disfrutamos una vez más con los primeros rayos sobre las agujas de Ansabere. En el plató que lleva el nombre de las agujas abandonamos la senda principal y enfilamos una cómoda subida por bosque hacia las cabañas de Pedain. Allí nos colocamos las raquetas y vamos progresando por el valle que se extiende a los pies del Mouscaté buscando la dura subida final al collado Escoueste.
Durante dicha subida a Escoueste me doy cuenta de que algo no va bien, yo voy por delante de Antton abriendo huella y le estoy dejando atrás, eso no suele ser así normalmente. Antton anda muy bien en montaña y que yo le deje atrás no me cuadra, se que la subida es dura, a mi también se me está atravesando, resoplo y sudo de lo lindo. Llego al collado cual caballo desbocado y espero a Antton, cuando llega le noto pálido y se lo comento. No se encuentra bien está con una pájara del copón, decidimos hacer una buena parada y beber lo que llevamos encima.
Le propongo que deje su mochila en el collado para que suba más fácil y comenzamos el último escalón antes de la cima. A los 50 metros Antton saca un grito de dolor y se hecha la mano a una pierna, el cuadriceps le está jugando una mala pasada y no puede caminar hacia arriba, paramos un poco para ver si se corrige pero la cosa no pinta bien. Decide quedarse en el collado y yo sigo hacia arriba, solo me separan poco más de 100 m de desnivel. En unos 30 minutos llego a la cumbre, me siento muy bien pero me da pena lo de Antton, seguro que tenía muchas ganas de hacer esta cima.
Hecho unas fotos en la cima y enseguida recorro mis huellas de subida ahora ya hacia abajo. Llevo un aductor dándome guerra, ¡¡ vaya pareja de tullidos !!… Llego hasta donde me espera Antton y realmente ha pasado un mal rato, a vomitado. Sin prisa pero sin pausa emprendemos el descenso del collado hacia el valle, ahora la nieve ya se está poniendo pesada, pero bajamos ligeros. Tenemos poca agua y estamos secos, en la cabaña de Pedain baja un arroyo, cogeremos agua allí.
Bajamos extrañamente muy cansados, y con muchas ganas de llegar a las cabañas. Allí descansamos un poco, bebemos agua, picamos alguna cosilla y seguimos el camino hacia Lamary.
Bueno, esto es el relato de la ascensión, ahora otro tema importante.
Hoy hemos hecho una de novatos, tras haber desayunado a las 4´30 nos hemos puesto a darle caña al cuerpo con la digestión más que hecha del café y poco más tomado en el desayuno. Luego hemos descuidado hidratarnos convenientemente en la subida y la sofoquina que nos ha regalado el sol andando sobre nieve ha hecho el resto.
Conclusión, en una actividad física intensa no hay que descuidar la ingesta de alimentos y líquidos, las pájaras llegan sin apenas avisar y son fulminantes.
Una vez más la montaña nos enseña.
Descarga el track de Wikiloc


Mapa y perfil de la ascensión

jueves, 9 de diciembre de 2010

Biarritz, su costa y su museo de la mar

Aprovechando el buen tiempo y las altas temperaturas del miércoles festivo nos acercamos hasta Biarritz, hacia ya un tiempo que no viajábamos hasta esta ciudad de Iparralde. El objeto de nuestra visita a este rincón de la costa labortana era conocer al nuevo habitante del Museo de la mar. En marzo hará 2 años que nació un nuevo bebe foca gris en dicho museo, un hermanito para el que nació hace 5 años.
Pudimos comprobar que aquel bebe del 2.009 ya ha dejado de serlo, y se está convirtiendo en un joven ejemplar lleno de vitalidad que no para un instante de bucear y jugar en el agua.
Biarritz es una ciudad costera que todavía mantiene ese aire señorial de otros tiempos, una clara señal de ello es la existencia del Hotel de Palais, hotel que solo está al alcance de algunos presupuestos. Por si alguien quiere conocer un poco más del mismo dejo un enlace a la web del hotel.
Pienso que bien se merece una visita Biarritz, sus calles peatonales, su paseo marítimo, su museo de la mar nos dejarán satisfechos con la visita. Tan solo una recomendación, no visitéis la ciudad ni en Julio ni en Agosto.
A la hora de comer lo podemos hacer a un precio razonable en alguna de las muchas terrazas que inundan las calles peatonales, existen muchas opciones para todos los gustos y bolsillos, y no os preocupéis por el idioma, Biarritz es una ciudad turística y están acostumbrados a recibir visitas del otro lado del Bidasoa y el castellano y el euskera lo chapurrean bastante.
Y ya que estamos en Francia no deberíamos de irnos sin visitar alguna de sus fenomenales pastelerías y chocolaterías, auténticas tentaciones para los más golosos.
Biarritz es una buena opción de turismo de ciudad.
Unas fotos de la visita


Un video de la visita a las focas

Museo del mar. Biarritz from Fernando BD on Vimeo.