Navegando con viento de 25 nudos, un placer con este barco.

           Cuando me hablaron la posibilidad de navegar en un barco que participa en regatas no me lo pensé dos veces. Formar parte de la tripulación de un Beneteau First de 12 metros no se consigue todos los días, ha sido una experiencia fantástica. Por suerte hemos tenido un viento más que generoso, entre 20 y 25 nudos con puntas de 27, la embarcación lo ha aguantado sin ningún problema, no ha hecho falta coger ningún rizo a las velas, y la navegación ha sido alucinante, en especial cuando el viento nos lo hemos puesto por las aletas. Entonces hemos largado la escota de la mayor y el barco ha volado más que navegar ¡¡ una maravilla !!

          Nos ha acompañado Felipe, un experto regatista que nos ha puesto al corriente de muchos trucos para obtener un trimado perfecto de las velas, algo fundamental en estos barcos para conseguir sacarles el máximo partido. La primera parte de la navegación a sido en ceñida, muy cerrada.  El viento, que en un principio era suave, ha ido creciendo rápidamente según nos alejábamos de la costa.

          Cuando estábamos a la altura de Ondarroa y con 25 nudos de viento hemos decido virar y poner el viento por las aletas, ahí ha empezado lo bueno. Se ha largado la escota de la mayor casi a tope, y la punta de la botavara incluso entraba en el agua en ocasiones. El barco a empezado a envalentonarse y la corredera ha llegado a marcar 13 nudos de velocidad, una auténtica delicia. De esa forma y tras varias trasluchadas hemos llegado a Zumaia.

          Luego, gracias a la pericia de la tripulación hemos entrado a vela incluso hasta dentro del canal que lleva al puerto deportivo de Zumaia. En resumen, un día para no olvidar, al menos para mí. He llegado a casa con una sonrisa de oreja a oreja.