Hoy, mientras navegaba hacia el norte desde Hondarribia, mis pensamientos volaban hasta el otro lado del charco a latitudes australes. Allí, ocultos entre los canales de la Tierra de Fuego, está viviendo sus últimos momentos en tierra una tripulación que puede sentirse muy afortunada. El Pakea parte desde Ushuaia hacia la Antártida, al reino del viento…allí les esperan aventuras, emociones, y tal vez, solo tal vez, algún que otro mal rato.
Es lo que tiene navegar solo, tienes tiempo, mucho tiempo para pensar y cavilar, es mi primera salida de este año 2013 y espero que lo sea de una larga lista. Hoy sopla un suave, pero frío, viento del Este, mis planes para hoy eran claros, atravesar con Zaldi las murallas que defienden el Castillo de Sokoa en la entrada a la bahía de St Jean de Luz, pero el viento viene precisamente de esa dirección asi que mis planes se vienen abajo. Cambio enseguida de rumbo, navegaré hacia el Norte impulsado por el viento que me llegará de través por el costado de estribor.
El viento hoy es franco, no hay apenas rachas, al contrario que en la ultimas salidas donde el viento del sur asustaba a ratos…pero eso si, corta como un cuchillo. Según voy alejándome de la costa el viento gana algo de fuerza y supero los 5 nudos de velocidad, Zaldi navega cómodo, apenas hay mar de fondo y casi sin darme cuanta voy alejándome del Cabo de Higer. Disfruto muchísimo viendo como mi barco navega mientras cae escorado a la banda de babor, es una sensación difícil de explicar, algo parecido a caminar por una gran montaña…escuchas al viento, notas la tensión de las escotas y otros cabos, allí estás solo tú, tu barco, el viento y el mar.
Llega la hora de comer, me he traído un rancho marinero en un termo, me coloco navegando hacia el NW con viento largo, así podré moverme con más tranquilidad por el barco mientras como, cuando el barco recibe el viento por una de sus aletas navega cómodo, sin grandes escoras, es un rumbo fácil, abres la vela mayor, tensas la trapa y el barco se vuelve dócil. La comida cae en el estómago enseguida y hasta apetece tumbarse un rato al sol a dormitar…
Pero habrá que ir pensando en regresar, en cuanto el sol comience a perder altura la temperatura también bajará, estamos en Enero. Empiezo ciñendo durante unos minutos para ganar barlovento y luego vuelvo a colocarme de través al viento. Por mi proa asoman allí arriba, lejanas, Aiako Harriak, mañana caminaré junto a ellas, son unas montañas formidables. Navego a una velocidad que ronda los 5 nudos y en poco más de 1 hora me planto frente al faro de Higuer, allí el viento comienza a disminuir y Zaldi se hace el remolón para navegar por la bahía de Txingudi, apenas cojo los 2-3 nudos. Llego a la altura del puerto refugio y decido ya poner motor, el viento casi ha desaparecido y veo como otros veleros también se dirigen ya a puerto.
La primera del año ha sido muy intensa, buena mar, viento franco, cielo azul, casi casi el paraíso, otros, en el Sur, muy al Sur navegan hacia “su paraíso”, la Antártida…
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