Una vez más lo que para algunos es algo habitual, para mi fue el miércoles motivo de gran satisfacción. Llevaba ya unas semanas con ganas de salir solo a navegar, tras recibir algunos consejos de diferentes amigos me decidí por fin.
La experiencia fue muy placentera, los clásicos nervios de una primera vez también estuvieron presentes, pero la cosa no paso de ahí, unos nervios. Seguí las normas, que se marcan para estos casos, a rajatabla, me aproé al viento para subir la mayor y a continuación cogí un rumbo para que la mayor portara ya algo de viento mientras subía el génova. Una vez con las velas trimadas correctamente comencé disfrutar, salí hasta el Cabo de Higuer. Allí la mar de fondo se dejaba notar algo más y me mecía como invitándome a quedarme hasta la noche. Por un momento pensé que sería una buena idea ver anochecer junto al cabo, pero ya era suficiente para la primera vez, puse proa a puerto y con una gran sonrisa en la cara regresé. Los bordos que tuve que hacer los efectué sin dificultad alguna y procuré disfrutar de la tarde, cosa que conseguí.
Luego llegó la hora de entrar a puerto, volví a aproarme al viento y sujeté el timón a la vía mientras arriaba el génova. Una vez abajo la vela de proa, hice lo propio con la mayor, la bajé a pesar del balanceo del barco mientras efectuaba la maniobra. Hoy he recibido otro consejo de otro navegante solitario, es mejor que la mayor la arríe en un lugar más protegido, con menos viento y sin olas que me balanceen, me costará menos y será más seguro. Creo que hasta ya sé donde efectuaré la próxima vez esta maniobra.
Bueno, el caso es que disfruté navegando solo, es diferente, es como cuando vamos solos al monte, más íntimo. Estoy seguro que repetiré. Me gustó estar a solas con el viento. Como escribió una vez un amigo mío, “sensaciones acojonantes”.
Un pequeño video de la experiencia.
2 comentarios:
Qué relax Fernando, no me pierdo ni un minuto de tu nueva aventura.
Es un placer leerte, y verte disfrutar.
Un abrazo, nos vemos.
Me alegro que te guste Gotzon, que sepas que si algún día quieres navegar y probar la vela no tienes más que decírmelo. Hoy he recibido a otros dos amigos de Mendiak.
Un saludo.
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