Aún resuenan los ecos de las actuaciones que se vieron sobre los diferentes escenarios del “Hondarribia Blues Festival”. Ha sido un “finde” memorable que empezaba con una cena el viernes, allí pudimos juntarnos un grupo de amigos y probar un plato de la cocina cajún, nos metimos entre pecho y espalda una buena cazuela de jambalaya.
Cada día se han podido disfrutar de varias actuaciones “bluseras”, con buen ritmo. De todas ellas yo me quedo con dos, Jimmy Barnatán y Pablo Carbonell. Jimmy Barnatán supo meterse en el bolsillo al numeroso público que acudió a sus dos puestas en escena del viernes y del domingo, se entregó a la música y pudimos deleitarnos con un blues que a ratos se acercó al reggae y al rock. Por su parte, Pablo Carbonell demostró una vez más las tablas que tiene cuando se sube a un escenario, actor, cantante, showman, Carnonell puede con todo.
El domingo amaneció apuntando buenas maneras para navegar, un cielo casi limpio y un pronóstico que auguraba lo mejor hizo que aprovecháramos la mañana y la tarde. Con una mar de fondo del NW menor de un metro y un viento del W de F-2, F-3, salimos dispuestos a comernos la mar. Las expectativas se cumplieron, navegamos mucho y bien, nos turnamos al timón, Marta y un servido, y ambos terminamos el día con el cuerpo lleno de mar y la piel ensalitrada.
Fines de semana como este no salen a menudo, buena mar, buen viento, buena música, buenos amigos, que más se puede pedir,
Solo espero que el paraíso sea parecido a esto…
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