Hoy tocaba llevar a Zaldi a su nueva ubicación. Zaldi deja el puerto deportivo de Hondarribia para instalarse en los nuevos pantalanes que se construyeron junto al aeropuerto, de esa forma vamos a tener el barco más cerca de casa.
Pero antes de dejar el puerto tenía pendiente una tarea, había que limpiar los bajos. El verano pasado se le aplicó el antifouling, la pintura contra las incrustaciones, asi que aun no toca darle una nueva capa de dicha pintura. Pero limpiar el casco de vez en cuando es una buena idea, el barco tendrá una mejor vejez, navegará en mejores condiciones, y podremos alargar la vida de la capa de antifouling. Cierto es que limpiar el casco en invierno sin sacar el barco del agua no es asequible para todos, la temperatura del agua ronda los 13ºC, creo que ese dato es suficiente como para echar para atrás a más de uno.
Pero en mi caso tengo un as en la manga, tengo un traje de buceo de los llamados “secos”, es decir no entra nada de agua en su interior. Asi que aprovechando la bonanza del tiempo del sábado me dirigí al puerto a limpiar el casco de Zaldi. Me embutí dentro del traje seco, me coloque las gafas de buceo y con ayuda de un estropajo grande comencé a frotar suavemente el casco de la embarcación. La capa adherida de verdín aun no era muy gruesa y comenzó a salir mucho más fácil de lo que yo pensaba, las manos fueron lo único que cataron la temperatura del agua y fue suficiente para darme cuenta de lo fría que está ahora. Limpié primero la banda de babor y luego me pasé a estribor. Me bastó con 20 minutos para restregar todo el casco por debajo, las apneas siguieron una tras otra hasta dejar el casco totalmente limpio, de nuevo el azul era el color de Zaldi en la obra viva. Cuando llegue el verano volveré a limpiarlo y al terminar el estiaje entonces procederé a darle otra mano de antifouling. En una embarcación de este tamaño es fácil acometer un trabajo así, basta con un estropajo y en unos minutos dejaremos el casco reluciente, el barco nos lo agradecerá.