martes, 21 de enero de 2014

Un sendero cerca de la mar.

        Viento Sur de 30 nudos, olas de 3 metros, hoy tocaba estar en tierra. Además de tener todas esas condiciones adversas para navegar con Zaldi había otra razón de peso para no salir a navegar, una reunión con un numeroso grupo de amigos. Un cómodo recorrido por Jaizkibel y una sabrosa comida en el club náutico de Hondarribia eran los premios del día.

         Una de mis aficiones es cocinar, y si es para amigos mejor todavía. Estamos en invierno y ello sugiere un menú potente, además, antes está el recorrido bordeando el cabo de Higer por encima de algunas calas, este servirá para abrirnos el apetito…

        En los fogones del club náutico nos esperan una gran olla de Garbure, un plato típico del departamento del Bearn al suroeste de Francia. Alubia blanca, patata, puerros, zanahoria, chalotas, ajos, apio, berza o repollo, confit de pato, y salchichas de Toulouse, estos son los ingredientes. Las viandas se depositan en un orden concreto en la cazuela y respetando fielmente unos tiempos de cocción, tras 3 horas al fuego terminan por convertirse en un sabroso plato que todos comeremos con ganas.

      El postre nos llega de Navarra, Antton y su mujer Arantza nos han traído unas ricas quesadas. Algunos nos atrevemos incluso a emborrachar el dulce con un poco de licor, no tenemos remedio…

      Durante el recorrido tenemos varias sorpresas, la primera llega enseguida. Al salir de Hondarribia por el paseo de la playa vemos que ha llegado hasta el arenal una foca, este invierno se están viendo bastantes en estas costas. El animal parece que está descansando, varios ertzainas han colocado un cordón de seguridad para que no se le moleste. La atracción es fácil de imaginar, mucha gente se está acercando con sus cámaras para llevarse un recuerdo.

P1030359 [1600x1200]   P1030361 [1600x1200]

 

       

      Tras observar durante un rato a la foca proseguimos el recorrido, caminamos por encima de la conocida cala de los frailes junto al faro de Higer y pronto pasamos a la vertiente Norte del monte Jaizkibel, allí estamos protegidos del fuerte viento Sur que sopla hoy.

P1030370 [1600x1200]

          Poco a poco vamos avanzando por el serpenteante sendero que bordea la costa, es un continuo subibaja que tras cada recodo no deja de sorprender al caminante. Pequeñas calas, curiosas formaciones rocosas, rompientes impresionantes, y un paisaje precioso son los encargados de amenizar el camino. Hoy, con el viento sur limpiando el ambiente, es fácil distinguir hasta Matxitxaco, aquel cabo que situado en Bizkaia, unas bonitas nubes amenizan el horizonte en la lejanía.

P1030371 [1600x1200]

 

Image00003

 

P1030374 [1600x1200]

 

Image00009

         No tardamos en dar con la segunda sorpresa del día, un precioso perro había caído a una una estrecha sima de un par de metros de profundidad, el perro ladraba pidiendo ayuda y su dueño era incapaz de sacarlo el solo, hubo suerte, pasamos nosotros por allí en ese momento. Propusimos al dueño del perro descolgarle agarrándole de los tobillos y este aceptó enseguida. La idea funcionó, le bajamos entre varios, agarró a su perro y luego izamos a los dos. tirando de las piernas. El dueño del perro quedó enormemente agradecido y proseguimos con nuestro caminar.

Unas imágenes del rescate y de la sima.

4abb41299a72b201f0f4f168d73ff811

f35d613d31a270ce2ad54c63e072f933

5f118d34d22e4cfbb3e5ea9e79e75728

fb4c108b5066dc10543a1c7af01b9ab5

45f0bdaec811d7f4f2052ac0569760af

Tras conseguir sacar al perro del oscuro pozo, proseguimos la ruta ascendiendo a Guadalupe, allí nos tomamos algo en la cantina que sirve de avituallamiento a los que pasan por el lugar.

P1030375 [1600x1200]

Ya solo nos restaba bajar a Hondarribia, el Garbure nos esperaba en la olla.

IMG_20140117_221135[1]

Algunas de las fotos que he publicado pertenecen a dos asistentes, Txemi y Aitor. Además, Joana ha creado un vídeo que resumen a la perfección lo que fue el día.

sábado, 11 de enero de 2014

Hubo una vez un temporal…

          Dicen los entendidos que hacía ya bastantes años que no nos golpeaba un temporal semejante a este último. Al tamaño de las olas hay que sumarle la duración del mismo, han sido unas tres semanas de continuo castigo a la costa. Curiosamente, muchos de los días ha soplado del Sur, ello ha conseguido que a pesar del tamaño de las olas de mar de fondo, que en ocasiones han llegado a los 10 metros, la superficie se haya podido ver perfectamente ordenada. Los surfistas, llegados desde diferentes lugares del planeta, han podido disfrutar de unas olas como pocas veces se ven por aquí.

Unas imágenes de la ola Belharra formada entre Sokoa y Hendaia estos días.

Belharra (1) 

Belharra (2)

         Pero todo tiene su inicio y su final, los temporales también. Tras consultar una vez más los partes meteorológicos parece que el sábado por la tarde será un buen momento para navegar, mar de fondo de 1 metro y viento suave, demasiado suave tal vez, anuncian como mucho F-2, ya veremos…

        A las 13 h acudo al pantalán, Zaldi lleva varias semanas de inactividad. En los amarres se ven numerosos huecos libres, muchos han salido a pescar. Abandono el muelle por el canal de Sta Engracia, la marea ha comenzado a bajar y la corriente vaciante del Bidasoa me ayuda a salir. Antes de llegar a las marcas verdes que delimitan la zona de navegación segura, izo las velas, el viento llega del NE. Me he propuesto salir a vela por el Bidasoa, creo que es un buen día para probar suerte, tendré que hacer algunos bordos ciñendo, pero creo que tendré suerte, no hay demasiado tráfico de barcos que podrían dificultarme las maniobras. Así, impulsado por Eolo, llego sin problema a las puntas de los espigones que delimitan la desembocadura del Bidasoa, allí abro un poco el rumbo y navego al 330º. Sobrepaso el cabo de Higer y el viento aumenta algo su fuerza, Zaldi navega con soltura y el gps indica más de 5 nudos de velocidad. Aquí, lejos ya de la protección del monte Jaizkibel, la mar de fondo se deja notar algo pero es muy tendida, rondará tan solo un metro de altura. Me dejo llevar, intento saborear estos momentos tan añorados en estas últimas semanas, la mar está perfecta para navegar y el viento es algo mayor del anunciado.

          Somos varios los veleros que navegamos hacia el norte, la tarde es preciosa y por fin puedo disfrutar de esa sensación casi mágica al ser impulsados por el viento. Durante un rato mantengo el rumbo, pero es invierno y los días son cortos, hay que regresar, viro y la proa apunta ahora a la cima del Larun. Pongo en práctica una manera de navegar que me gusta, son las “orejas de burro”, saco la mayor por estribor y el génova por babor, hay que hacerlo con tiento, para conseguir mantener las velas así el viento nos tiene que llegar por popa cerrada. Durante una milla navego así, hasta entrar en la bahía de Txingudi. Luego, coloco el barco para recibir el viento de aleta y tras varias trasluchadas llego a la desembocadura del Bidasoa, allí arrío las velas y pongo motor, el pantalán espera para recibir a mi velero. El viento está cayendo, apenas sopla ya una brisa que no consigue impulsar a los que intentan entrar a vela por el estuario. Miro hacia atrás y veo ya muchas proas, todos regresan, la temperatura está bajando al ocultarse el sol.

          Han sido solo unas horas de tranquilidad a solas con el viento y la mar, pero han bastado para olvidarnos del temporal pasado, ¿temporal, que temporal ?…