martes, 26 de marzo de 2013

La mar nos une.

         Hoy me ha llegado un bonito regalo en un sobre, no penséis mal, no era un sobre de Bárcenas…ja ja ja. En su interior había una “dibucarta”, sí, ya sé, estaréis pensando ¿ qué es eso de una dibucarta ? Empezaré por el principio para que se me entienda mejor…

         Hace unos meses apareció en la pantalla de mi ordenador una historia fascinante de dos amigos navegantes, “La vuelta a España del Corto Maltés”. Como digo, dos amigos unidos por una misma afición, navegar a vela, habían conseguido rodear la península ibérica con su velero de poco más de 6 metros, el Corto Maltés, en 3 meses. Pero la historia no terminaba ahí, tras rodear como digo, toda la península, llegaron al cabo de Creus en Gerona y tras sobrepasarlo se internaron en los canales franceses que los devolvió al cabo de unas semanas al océano Atlántico. Para ello, tuvieron que desarbolar su embarcación, ya que por lo canales se navega bajo muchos puentes de escasa altura, y al salir de nuevo al Atlántico en Burdeos volver a arbolar al Corto Maltés. De esa manera consiguieron llegar a su punto de partida en Santander, una aventura con mayúsculas.

        Bien, ya conocemos la aventura de estos dos Cántabros, Álvaro y Luis, a bordo del Corto Maltés. Durante los tres meses que dura la navegación escriben un diario de a bordo, un diario que amenizan con unos simpáticos y trabajados dibujos hechos por Álvaro, unos dibujos que cada uno de ellos esconde una mensaje sobre la etapa vivida y que ellos cuentan en cada capítulo. Hace unos días crearon en su blog un simpático juego, la recompensa para el ganador era una dibucarta, creo que el resto es fácil de adivinar.

        Para que se me entienda mejor voy a colocar a continuación la dibucarta que me han mandado por correo, debajo del dibujo pongo el mensaje que esconde por si alguien no consigue descifrarlo.

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 Hola navegantes. Hoy nos han abordado la fuerzas armadas de Portugal. Para pillar algunas irregularidades menores nos hicieron perder 1 hora, pero en el fondo fue divertido. Un saludo .”¨

Álvaro ha añadido al dibujo un mensaje para mi…muchas gracias Álvaro.

        Las dibucartas creadas por Álvaro tienen como base los comics de Mortadelo y Filemón, Los Picapiedra, Mafalda, Los Simpson…es una maravilla comprobar la creatividad que tiene este navegante. Esta aventura ha parido un libro, un magnífico libro, en él se pueden leer con detalle todas las aventuras vividas por estos dos amigos. Yo, por mi parte me veía en la obligación de dedicarles una entrada en mi blog, ellos han sido capaces de hacerme soñar despierto algún día y por ello su dibucarta ha pasado a ocupar un lugar junto a mis libros.

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La mar nos ha unido.

viernes, 15 de marzo de 2013

Lección a bordo, ceñirse al viento, casi un arte.

            Quería llevar a mi amigo Jose hasta St Jean de Luz, anunciaban viento del SW, F 4-5 para la mañana, eso haría que la navegación hasta la localidad de la costa labortana sería rápida y sin demasiadas complicaciones. Para la tarde el pronóstico hablaba de viento de la misma dirección pero más flojo, F 2, no me costaba imaginarme como sería el regreso… además, existía una pequeña ola de mar de fondo de 1 metro que venía casi en la misma dirección del viento. Para colmo a la cita acudiría un invitado inesperado, la corriente existente de la bajamar.

           Como preveía, la ida es sencilla, entendiéndose por sencilla una navegación con el viento de aleta y de popa con tan solo el foque en proa. De esa forma logramos alcanzar picos de más de 6 nudos y en algo más de una hora entramos en la bahía de St Jean de Luz, alguna de las rachas soportadas en la ida han llegado a los 30 nudos. En algún momento dudo en izar la vela mayor, pero experiencias anteriores sufridas con el viento Sur me dicen que no lo haga, si solo con el foque vamos bien, para que cambiar…creo que acerté en esto.

       Dentro de la bahía fondeamos frente al castillo de Sokoa, allí aprovechamos para comer y tirarnos un rato en cubierta intentando calentarnos con el sol.

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          Se que la vuelta nos puede llevar un buen rato navegando a vela, tocará ceñir dando algunos bordos, así que la siesta no es muy larga, corta diría yo. Antes de soltar el fondeo al que estamos amarrados aprovecho nuestra situación de aproados al viento y le cojo los dos rizos a la mayor, así saldremos de la bahía con los deberes hechos. Nos dirigimos ya a vela hacia la bocana flanqueada por las murallas que encierran la bahía de St Jean de Luz. En cuanto Zaldi asoma la proa fuera de la bahía comenzamos a sufrir abatimiento hacia el Este, me doy cuenta de ello y pongo motor para salir del atolladero, tenemos a estribor la rompiente de uno de las murallas y no es un buen lugar para andar tentando a la suerte…

        Nos separamos enseguida del peligro y paro el motor, coloco el barco para avanzar ciñendo y ¡¡ oh, sorpresa !! un abatimiento de dos pares de coj… nos lleva hacia el NE, pero…¿que está pasando? ¿porqué no avanzamos aunque sea algo?, repaso el trimado de las velas, creo que llevo todo correcto pero sin embargo nos estamos alejando casi a la deriva de la dirección deseada, ¡ ay ay ay !, algo estoy haciendo mal, intento y reintento ceñir pero no consigo nada, nos alejamos cada vez más de nuestro rumbo deseado. Finalmente optamos por lo más sencillo, motor y a navegar para casa.

        Unos días después y tras varias consultas hechas a personas bastante más puestas en el tema que yo, aclaré la situación vivida el sábado a bordo de Zaldi. Varios fueron mis fallos al salir de la bahía de St Jean de Luz.

1º- Posiblemente me hubiera bastado con coger un solo rizo a la vela mayor, así habría obtenido algo más de potencia para el barco.           

2º- Al salir de la bahía debí de empezar a navegar al menos de través para ir ganando velocidad, luego podría haber ido cerrando mi rumbo poco a poco y entonces si habríamos ceñido. En una palabra, para ceñir hace falta cierta velocidad, de lo contrario el abatimiento nos podrá.

3º Olvidé trimar el palo inclinándolo hacia popa, eso me habría ayudado con la mayor haciendo que esta tuviera menos embolsamiento.

A pesar de todo creo que ambos disfrutamos del día, la navegación a la ida fue muy disfrutona y aunque a veces no salga todo como debiera, pienso que hay que saber sacar partido de lo “malo”. Ceñir, ceñir bien, debe de ser un arte, y como tal habrá que trabajarlo para conseguir buenos resultados. Toca ceñir.

Unas imágenes del día: