viernes, 28 de diciembre de 2012

¡¡ FELIZ 2.013 Y QUE SE CUMPLAN VUESTROS SUEÑOS !!


          Termina otro año, muchos, por desgracia, a buen seguro estarán deseando olvidarlo, dejarlo atrás. Este chanchullo que se han montado unos cuantos y que llaman “crisis” se está llevando por delante los sueños, las ilusiones, los deseos y las alegrías de miles de personas. Ayer oí algo que debería hacernos reflexionar un poco, ¿ porqué los niños sonríen tan a menudo ?, y es verdad, los más jóvenes ríen mucho más que un adulto, la explicación, muy sencilla, ellos viven en el presente, apenas tienen pasado que pueda entristecerles y el futuro se la trae al pairo.        Quizás sea un síntoma de que nos hacemos mayores, me refiero a perder sonrisa, posiblemente nos preocupemos en exceso por algo que ni ha ocurrido ni tal vez ocurra…mis hijas ya me lo han dicho en alguna ocasión “aita, ya no te ríes tanto como antes…”, como mínimo es para pensárselo.
        Ahora más que nunca, debamos de agarrarnos a la esperanza, por algo dicen que nunca hay que perderla. Solo vivimos una vez, y nuestra lucha a de ser por que lo hagamos felices, no podemos permitir que se lleven nuestros sueños. Yo siempre lo he dicho, los sueños son el comienzo de nuestras aventuras. ¿ Quién no tiene un sueño pendiente de realizar ? Tal vez un viaje, conocer un rincón del mundo, una nueva cultura, ascender una gran montaña, nuestras pretensiones pueden ser de lo más variopintas, pero que bueno suele ser contar esas ilusiones, luchar por ellas.


lunes, 24 de diciembre de 2012

La última del año, diciembre a más de 20ºC

         Pues sí, diciembre y en manga corta, un cálido viento del sur es el responsable de estas temperaturas. Hoy no madrugamos, quedo con Nerea y David en el amarre a las 9h, han dormido a bordo del Zaldi, algo nuevo para ellos. Tras explicarles un poco el manejo de las velas y diferentes aparejos, partimos con una suave brisa que apenas nos impulsa mientras navegamos por el canal del aeropuerto, al salir al Bidasoa el viento sur aumenta algo y con ello nuestra velocidad. Pronto percibimos que hay algo de mar de fondo, menos de 2 metros, pero el viento mantiene la superficie cómoda para navegar.
En la foto David y Nerea, mis acompañantes en la última del año.P1020450 [1600x1200]

      

sábado, 22 de diciembre de 2012

Vivir a bordo

      Antes de empezar a leer el artículo, tendremos en cuenta que lo reflejado aquí es mi punto de vista, lo digo más que nada para que se entienda mejor, ya que nuestro caso es la de una familia de cuatro unidades. No se trata de un individuo o una pareja sin hijos, algo que simplificaría y mucho la toma de ciertas decisiones.      
       Al margen de lo que económicamente pueda representar vivir en una embarcación de cierto tamaño, hay otros factores a los que se debería de prestar atención, temas a los que, no voy a negarlo, me gustaría tener que prestar atención en un futuro. A mi me gustaría vivir en un barco, pero aún tengo varios asuntos que me lo impiden, pero eso, aún…


lunes, 10 de diciembre de 2012

El sol, aliado de una mañana gélida.

Mi amigo Javier, alias “el buho”, tenía un capricho, es un amante de la fotografía y quería enfocar con su cámara un amanecer desde el mar. Para este pasado domingo daban un día radiante con mar en buenas condiciones y viento fuerza 2, era una buena oportunidad. Solo había una pega, se preveía una temperatura cercana a 0º C… pero bueno, nada que no pueda soportarse con un buen termo de café y otro de caldo…
        Forrados de ropa hasta las orejas nos dirigimos al pantalán con las estrellas sobre nosotros, es noche cerrada y como anunciaron, fría, muy fría, Al pisar el pantalán nos percatamos de que se encuentra helado, ¡ un resbalón tonto y al agua ! prefiero ni imaginarlo… Al menos la noche es serena, sin viento, algunas otras embarcaciones tienen ya su motor arrancado, está siendo una buena temporada de txipirones y se nota.
   Arranco sin problema el fueraborda y partimos sin perder un minuto, el alba no va a esperarnos y queremos fotografiar al sol saludándonos cuando se levante. Javier empieza a hacer funcionar el obturador de su máquina de fotos, - aún estamos a oscuras pero algo saldrá - dice mi amigo.


sábado, 10 de noviembre de 2012

De nuevo a flote.

       Hoy, sábado 10 de Noviembre, están partiendo de un pueblo francés en la costa atlántica un puñado de valientes, se van, se disponen a enfrentarse a una de las mayores aventuras que aún hoy en día pueden realizarse en contacto directo con la naturaleza, ellos solos y el mar. Otros teníamos planes infinitamente más modestos para la mañana…
         Tras llevar un mes en dique seco, por fin llega un sábado con meteorología aceptable. Las diferentes webs consultadas dan cielos despejados por la mañana, viento flojo a primera hora de componente Sur aumentando durante la mañana hasta establecerse en fuerza 4-5.
         Después de las últimas experiencias con el viento sur decido no volver a caer en el mismo error,  coloco en el estay de proa  un foque en lugar del génova. No quiero sorpresas y confío en las predicciones de aumento de la fuerza del viento.
        Abandono el pantalán con un viento muy flojo que me entra por la popa, decido salir a la francesa izando solo el foque desde el primer momento. Nunca he navegado a vela por el canal que discurre paralelo al aeropuerto, es un tramo de unos 200 metros de longitud con una anchura de unos 25 metros,  en los laterales la profundidad es limitada, ello hace que la anchura aprovechable para navegar por el canal quede algo reducida, sobre todo en marea baja. Aprovecho los catavientos de la pista del aeropuerto para asegurarme de la dirección de la suave brisa que me impulsa, navego a poco más de un nudo de velocidad, en silencio. Son poco más de las 8 h de la mañana y apenas hay gente paseando, después de varias semanas estoy nuevamente a flote… Ya no pongo motor hoy al salir, tras pasar las balizas que delimitan la zona navegable en el Bidasoa decido izar la mayor y avanzo a orejas de burro a 2-3 nudos. Se que si tuviera puesta ahora el génova avanzaría algo más rápido, pero las predicciones de viento fuerte para la mañana me las creo y prefiero navegar tranquilo.


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         Al llegar al final de los espigones cambio el rumbo, tomo el viento por la aleta de estribor y avanzo a casi 4 nudos. El mar está perfecto para navegar, apenas hay mar de fondo y el viento del sur, que ya ha subido algo de intensidad, se muestra muy agradable y de momento seguro. El cielo parece una acuarela y saco algunas fotos hacia el Larun y el Castillo d´Abadie, disfruto mucho mientras navego cómodamente con rumbo 40º.
       Al rato decido trasluchar, llevo la mayor a crujía y realizo la maniobra poniendo ahora rumbo 320º hacia el Cabo de Higuer. Continúo acercándome hacia la salida de la bahía y noto claramente como el viento sur empieza a subir notablemente su fuerza, navego rápido a un largo y llego a los 5 nudos. Saco algunas otras fotos y decido regresar, hoy no puedo navegar mucho más, compromisos familiares así me lo obligan, además, el viento tiene pinta de ponerse a soplar con mucha fuerza y cumplir los pronósticos, Zaldi no es un barco que se encuentre cómodo con vientos fuerza 5.
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        Tras virar por avante, comienzo a ceñir y el viento va aumentando, tengo que orzar en alguna ocasión al llegar alguna racha más fuerte de viento. Poco a poco, y tras alguna virada más, voy acercándome a la entrada del Bidasoa. Allí, decido dar por finalizada la navegación a vela de hoy, pongo motor, arrío las velas y mientras me dirijo al pantalán voy arranchando el barco.
        Han sido solo unas pocas millas las navegadas hoy, pero la sensación de navegar con viento ha vuelto a mi, navegar a vela se está volviendo en algo casi obsesivo.

domingo, 7 de octubre de 2012

Esperando a la Luna, esperando al Sol. Crónica de dos citas.

            Viernes por la tarde, dan viento suave del sur para hoy y más fuerte para mañana por la mañana. Salgo por la desembocadura del Bidasoa sobre las 18´30 h, el plan previsto, ver como se oculta el Sol por el Oeste y esperar a que regrese por el Este. Entre ambos momentos dormiré acunado por el mar dentro de Zaldi, su litera de Babor ya la he hecho mía, manías que tiene uno.
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          Navego a la francesa, sopla una suave brisa del Sur y solo con la génova voy avanzando hacia el norte, suave, muy tranquilo, no llego ni a 2 nudos, pero no me importa, no tengo prisa. Navegar en silencio se ha convertido en algo casi necesario para mí, solo tendré que sobrepasar el Cabo de Higer y podré contemplar como el astro rey se despide hasta mañana, cita a la que yo no faltaré. Veo por la proa que están fondeando ya muchas pequeñas embarcaciones dispuestas a pescar txipirones al atardecer. De esa forma, solo con el génova, sobrepaso el faro que indica la entrada a la bahía de Txingudi y me dispongo a ver el espectáculo.
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        Me quedo al garete, y disfruto viendo como el Sol, que ya no se oculta en el mar, se esconde mientras su tonalidad pasa del amarillo al casi rojo. Las primeras estrellas tintinean en el cielo y dejo que la oscuridad me vaya envolviendo poco a poco. El haz del faro de Higer ya trabaja desde hace un buen rato, lentamente las luces de la costa se vuelven más brillantes y enseguida llega la noche. Se levanta una brisa del sur algo más fuerte y decido izar la mayor. Compruebo que el viento me llega justamente desde la desembocadura del Bidasoa, sopla perpendicularmente desde tierra, ya imagino todo lo que me va a costar entrar a la bahía más tarde, tendré que ceñir continuamente, espero que para entonces ya se hayan retirado muchas de las embarcaciones que han fondeado para pescar…
       La brisa que me impulsa no es demasiado fuerte y navego entre dos y tres nudos de velocidad, muy tranquilo, sumido ya en la oscuridad, una oscuridad que se rompe unicamente por la luz mi farol que he puesto en popa. Navego hacia el SE en dirección a las Gemelas de Hendaia, luego mi intención es virar hacia el SW y aproximarme hacia el interior de la bahía, quiero ir a dormir a las boyas que están situadas frente a la escuela de vela, ya veremos si consigo completar la maniobra.
          Mi idea era buena, pero tengo aún por delante bastantes embarcaciones fondeadas que me impiden navegar con seguridad en la noche, asi que tras arrimarme un poco hacia el interior de la bahía decido arriar las velas e irme a motor a la boya de fondeo que me espera en lugar resguardado. Una vez amarrado y asegurado el barco en ella me preparo la cena, me tomo un café mientras observo a los pescadores que están colocados en el espigón que tengo enfrente. Mañana tengo que madrugar, quiero esperar al sol allí afuera, navegando de nuevo, por ello decido irme a dormir sin alargar este momento más. Mecido por un suave movimiento me dejo caer en los brazos de Morfeo…
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        El sonido del chapoteo del agua contra el casco del barco me despierta, compruebo la hora y veo que son las 5´45 h, decido levantarme, desayuno tranquilo mientras me voy dando cuenta que el viento sur sopla ahora con más fuerza, no parece que excesivamente pero si con cierta virulencia… Con el estómago caliente me suelto de la boya y salgo con las velas listas para ser izadas enseguida. Apenas he avanzado 200 metros separándome del espigón que me daba cobijo cuando decido sacar el trapo, me coloco de proa al viento e izo la mayor sin perder tiempo. Nada más izarla me doy cuenta que el viento tiene una fuerza importante, pero no me lo pienso más e izo también el génova.
        Ahí tuve un error, no debería de haber izado el génova, tenía que haberme dado cuenta de la intensidad del viento antes de abandonar la boya y debí de colocar un foque en la proa. Aún es noche cerrada y veo que salen de nuevo muchas pequeñas embarcaciones a pescar colocándose de nuevo fondeadas en la bahía. El viento arrecia y me cuesta hacerme con el velero, me escora descaradamente y me obliga a largar escota de la mayor en varias ocasiones, entre tanto intento buscar un pasillo entre las lanchas fondeadas que me permita salir a mar abierto, la cosa no tiene buena pinta, el viento es duro y recorro la bahía en dirección Este buscando un hueco seguro. Pero no me fío, voy a más de 5 nudos de velocidad en ocasiones y tratar de gobernar mi embarcación en la oscuridad se me antoja hasta casi peligroso mientras observo las lucecitas de las embarcaciones fondeadas frente a mi. Tomo una decisión, voy a espera al amanecer dentro de la bahía, luego con la luz del día podré salir con más seguridad. Me divierto un rato navegando a oscuras, son ya las 7´20 y una tenue luz aparece por el Este, el Sol llega a su cita. El viento no cesa y no me queda mucho tiempo para disfrutar del amanecer, el barco se lleva toda mi atención, saco como puedo algunas fotos y grabo algo de vídeo.
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       La luz se va estableciendo en la bahía y ya veo un paso que me dejará salir tranquilo, lo hago solo con la mayor izada y dos rizos cogidos. El ventarrón me entra de aleta y salgo enseguida más allá del Cabo de Higuer. Vuelve a incrementarse la fuerza del viento y se me antoja ya demasiado fuerte para mi, tomo una decisión, voy a volver a puerto, no me parece seguro intentar navegar en un velero de 6 metros con semejante viento racheado del Sur, arranco motor y pongo proa a tierra. Al llegar justo a la desembocadura del Bidasoa me doy cuenta de que el viento ha bajado su intensidad, ya no tiene esa furia de antes, aún es notable su empuje pero ya parece gobernable, espero un par de minutos en esa posición y compruebo que se mantiene el descenso de fuerza, no me lo pienso más, me coloco en proa y cambio el génova por un foque, voy a salir de nuevo a navegar un poco y no quiero cometer el mismo error dos veces. El mar está como un plato pero en estos momentos hay un viento delicioso para navegar, lo hago ahora disfrutando muchísimo y en el gps veo que llego a los 5 nudos. Tras estar una hora más navegando, decido poner el punto final a esta pequeña aventurilla. No me cabe ninguna duda que poco a poco Zaldi y yo nos vamos conociendo mejor.
Las 23 millas navegadas
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domingo, 30 de septiembre de 2012

El último bajo la montaña más alta

          Mañana domingo daré por terminada mi tarea con el libro “Más allá del horizonte”, habéis sido muchos amigos los que habéis querido formar parte de mi sueño. Por fin estarán entregados todos los libros pedidos, el último llegará a las manos de su dueño a los pies de Aizkorri, la montaña más alta de Euskadi, que mejor escenario para concluir el trabajo.
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sábado, 15 de septiembre de 2012

Como la magia, pero de verdad…

      Tras la primera experiencia nocturna a bordo, había que repetir. Tenía pendiente desde hacia un tiempo una visita de mi amigo Jaime, que mejor escenario para saldar la deuda que un atardecer de verano a bordo de mi velerito.
      Para Jaime no ha sido ni mucho menos su primera navegación, pero para mí si ha sido la primera con él, un placer. Las previsiones eran buenas, viento suave de 7-9 nudos de NNE, buena mar, y tiempo bastante despejado. Nuestros planes pasaban por navegar en la oscuridad unas cuantas millas tras ver el atardecer, luego regresaríamos a la bahía de Txingudi para cenar y dormir a bordo. Pero está vez el viento no cumplió y falló en su cita, nos dejo tirados… Apenas pudimos sobrepasar el Cabo de Higuer, allí el mar se volvió una balsa de aceite, disfrutamos mucho del mágico atardecer pero ya veíamos que tendríamos que regresar a motor. La oscuridad llegó tras irse a dormir el astro sol y nosotros nos dirigimos a la boya de unos amigos dispuestos a pasar la noche fondeados.
        Como es costumbre en Jaime, trajo una cena suculenta, calentamos una buena cazuela de carne guisada con hongos que regamos con txacoli. Luego llegó el café que alargó la tertulia, cerca ya de medianoche cerramos los ojos en las literas y soñamos con sirenas…
Durante el atardecer conseguimos sacar una bonita colección de fotos. Son momentos en los que la magia hace acto de presencia, solo hay que creer en ella para poder verla, de verdad…
Jaime
 Atardecer con Jaime (2)



El sol se escode tras el faro
Atardecer con Jaime (5)

Comienzan los juegos de luces
 Atardecer con Jaime (7)

El sol por proa
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Una txipironera solitaria
Atardecer con Jaime (13)

Foto de Jaime junto al faro.
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Cielo amarillo, ( foto de Jaime )
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Con viento de popa ( foto de Jaime )
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Sin palabras ( foto de Jaime )
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El extremo del Cabo de Higuer ( foto de Jaime )
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Bajo la botavara ( foto de Jaime )
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El autor ( foto de Jaime )
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domingo, 9 de septiembre de 2012

Mi primera noche

         Llevaba ya tiempo con la idea en la cabeza, pero se tenían que alinear, como lo hacen en un eclipse la luna, la tierra y el sol, diversos factores para que me decidiese a salir a navegar buscando mi primera noche. Este pasado viernes se dieron las condiciones esperadas, un finde por delante, buen tiempo, buena mar, viento suave, y compañía. Esto último no tenía que ser obligatorio, pero si podía ser mi primera noche prefería compartirla. Un amigo de Donosti se apuntó a la experiencia. Tras haber visto el reportaje de Hooper mis ganas habían aumentado, ¡ tenía que hacerlo ya !
        Mi velero no tiene instalación eléctrica, asi que el tema de iluminación estaba claro, tendría que ser con batería recargable o pilas. Para las luces de costado he colocado dos portátiles con pila que me dan, según el fabricante, una autonomía de unas 6 horas, más que suficiente para lo que yo quería hacer, mi idea era estar unas 3 horas como mucho a oscuras. Para la luz de popa opté por un potente farol de batería recargable que podía convertirlo de "luz de alcance a luz todo horizonte" fácilmente. Navegando a vela lo utilizamos de “luz de alcance”, y cuando entramos a puerto a motor con las velas abajo lo usé como luz “todo horizonte”.
      Una vez resuelto el tema de iluminación solo quedaba soltar amarras, sobre las 19 h salíamos por la desembocadura del Bidasoa. No había mucho viento, bueno, mejor diré que había poco…
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         Al final de los espigones, en la salida al mar, subimos velas. Allí estuvimos unos minutos intentando que las velas recogieran algo de brisa, pero nada, el poco viento que había llegaba del Oeste y el monte nos tapaba ese costado. Optamos por bajar el génova y salir un rato más a motor con la mayor arriba. Avanzamos hacia el norte unos 10 minutos más y pronto nos dimos cuenta que empezaba a entrarnos por el costado de babor una suave brisa, no lo dudamos, volvimos a subir el génova y paramos motor, las velas comenzaron a recoger viento y empezamos a navegar suavemente, entre 2 y 3 nudos de velocidad. Sobrepasamos el Cabo de Higuer y la brisa aumentó algo, hacíamos un través hacia el norte que nos llevaba a 4 nudos. El sol comenzó a caer volviéndose una bola naranja.
Zaldi navegando hacia el Norte
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Mi compañero disfrutando                                                      
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Una bola de fuego sobre el mar
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Yo también disfruté con el espectáculo.
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       Allí, a unas 5 millas del Cabo de Higuer esperamos a la noche, fueron unos minutos para saborearlos… Y nunca mejor dicho por que aprovechamos para cenar algo mientras las tinieblas se iban adueñando del mar. Tras la fugaz cena, pusimos proa a Hondarribia y pude comprobar la enorme utilidad que proporciona un faro en la costa, fue nuestra referencia en todo momento para volver a puerto, bueno, el faro y el GPS… El suave viento no cesó en ningún momento mientras estuvimos fuera, incluso se intensificó algo en algunas pequeñas rachas y nos llevó hacia tierra sobrepasando los 5 nudos en ocasiones, íbamos envueltos en una oscuridad un tanto inquietante… Escuchar el mar en la oscuridad es algo a lo que no estamos acostumbrados, yo al menos.
Se ven algunas luces de la costa y un punto brillante, que es el faro de Higuer, a la derecha de los obenques
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        Una vez situados frente al Cabo de Higuer comencé a identificar otras señales luminosas, la marca luminosa del espigón del puerto de pescadores, las luces roja y verde que delimitan la desembocadura del Bidasoa etc. Creo que fue toda una lección práctica de navegación nocturna.
       Tras situarnos frente a la bocana del Bidasoa, el viento disminuyó sensiblemente y entramos a motor por el estuario. Para mi ha sido una experiencia fenomenal, de nuevo he podido aprender nuevas cosas, creo que repetiré pronto si se vuelven a dar las condiciones. Navegar de noche tiene algo de mágico.

jueves, 6 de septiembre de 2012

El viento de la felicidad

        En mi hacer diario estoy rodeado de ruidos de motores, de un ir y venir de cajas apiladas de pescado, del bullicio de los que compran y de los que venden, de un penetrante olor a salitre mezclado con gasoil… . Cuando acabo el trabajo a primera hora de la tarde siento que necesito escapar de todo ese ajetreo que muchos días llega a saturarme.

        Hace poco pude escuchar a un navegante argentino que debía de pasarle algo parecido a mi. Él vive, para suerte suya, en un barco y a menudo al regresar a su morada flotante después del trabajo, pone tierra de por medio. Durante unas horas suelta amarras, se va a la mar. Allí, dice el, encuentra la felicidad, el viento se la trae.

        Llevo probando su terapia unas cuantas tardes, si consigo convencer a algún amigo para que me acompañe, pues fenomenal, pero si voy solo hablo con el mar.

        Unas oscuras nubes llevan anunciando desde hace ya un par de semanas que el verano se acaba. Los atardeceres templados tocarán pronto ya a su fin por este año, habrá que usar en el barco ropa de abrigo y botas de agua cuando salga a navegar. Durante los últimos días ha soplado con frecuencia del Norte, pero ayer cambió a Oeste.

         Una de mis hijas quiso acompañarme, juntos pudimos ayer disfrutar de una de las últimas tardes templadas de este año. Navegamos al Norte unas 5 millas, separándonos de las laderas de Jaizkibel, el mar estaba amable y nos fuimos alejando con facilidad. El viento, que al salir nos entraba por el costado de babor nos llevó con una escora que al principio a mi hija le asustó un poco. Pero la puse al timón, primero su mano y la mía juntas asiendo la caña con firmeza, no tardó en darse cuenta de que el viento no era un fiero león, me pidió llevar ella sola el barco y así lo hizo. Fue entonces, cuando sus manos eran las que gobernaban, cuando vi en su cara que estaba disfrutando, el viento le traía felicidad.

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domingo, 19 de agosto de 2012

Navegando a Donostia, dormimos en La Concha.

                          Hacía ya unas semanas que se nos ocurrió que podíamos realizar los 4 de casa esta aventurilla, se que es una travesía corta comparada con la que realizan muchos otros y no digamos ya con los aventureros que se lanzan a travesías transoceánicas. Pero para unos novatos donostiarras como mi mujer y yo, ha sido todo un acierto adentrarnos en este mundo de las noches a bordo durmiendo en nuestra bahía, la bahía de La Concha. 
        Una cosa me ha llamado la atención de la capital guipuzcoana, el espacio dedicado a recibir a veleros en travesía es ridículo. Sí, ya se que el puerto donostiarra es muy pequeño y que la demanda de pantalanes es enorme, pero creo que al menos debería de existir un servicio de boyas de fondeo para tal uso, no digo colocar un gran número de estas, pero pienso que colocar algunas para cubrir este hueco podría tenerse en cuenta.

jueves, 2 de agosto de 2012

Navegando junto a Las Gemelas.

        El martes pudimos disfrutar de un día espectacular navegando frente a Iparralde, el viento estuvo presente toda la tarde y hasta podría decirse que fue muy generoso. Eolo soplaba desde el Norte con un toque del Este con una fuerza de entre 10 y 12 nudos con alguna racha de poco más.

       La marea estaba alta y la mar de fondo brillaba por su ausencia, era el día perfecto para tentar un poco a la suerte...La idea de navegar frente a las gemelas me rondaba desde hacía unas semanas, allí hay que navegar por un paso delimitado por un lado por la propia costa y por el otro están los bajos conocidos como Las Erretas, son unos 400 metros de pasillo por donde hay que meter el velero intentando no acercarse a ninguno de las dos peligros. Ayudados de la pleamar y del poco calado de nuestra embarcación, 1,10 metros, nos decidimos a navegar por allí. Un viento que nos entraba con ganas por el través nos hizo escorar en alguna ocasión con generosidad, pero la cosa no pasó de ahí, fueron unos momentos de navegación muy muy divertida y excitante. Tras sobrepasar Las Gemelas nos percatamos que por proa a unos 200 metros asomaba un bajo que en la carta no aparecía, era una gran roca que con la marea alta queda casi oculta por completo, gracias a algunas pequeñas olas pudimos ver la espuma formada al romper estas y marque un waypoint que ya siempre llevaré en mi carta.

       Luego seguimos navegando ya más tranquilos hacia St Jean de Luz por aguas más profundas. Cuando creímos que ya podríamos virar para salvar a la vuelta los bajos dejándolos ahora por babor, hicimos la maniobra, pusimos proa al NW pero no tardamos en darnos cuenta que aún habría que navegar más hacia el E para poder salvar los bajos con tranquilidad. Volvimos a virar y navegamos unos minutos más hacia Sokoa.

      Al rato volvimos a virar hacia el NW y ahora si que teníamos aguas libres para volver a Hondarribia. Al principio tomamos el viento por un descuartelar, posteriormente fuimos apuntando con la proa hacia nuestro puerto de salida y el viento lo tomamos ya de través. Pronto tuvimos que virar un poco más hacia el WSW y el viento comenzó a entrarnos por la aleta de estribor, navegábamos magníficamente a un largo y el gps empezó a pasar la barrera de los 6 nudos de velocidad, llegamos a tener una máxima de 6´8 nudos, lo cual no está nada mal para un cascarón de 20 pies de eslora.

    Para terminar viramos más hacia el sur y el viento lo recibíamos ya por la popa, pusimos las velas durante un rato a orejas de burro y mantuvimos unos alegres 4 nudos de velocidad hasta cerca del puerto refugio, allí recogimos la vela de proa y continuamos navegando solo con la mayor por la desembocadura del Bidasoa. Fue sin duda un tarde memorable para unos novatos como aún lo somos nosotros.

Una imagen del recorrido efectuado y un pequeño vídeo.

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Navegando junto a las gemelas from Andua on Vimeo.

sábado, 28 de julio de 2012

Los tesoros del Mediterráneo

           Hacía ya 3 años que no nos acercábamos al Mediterráneo, su recuerdo me venía a la mente con frecuencia. La última vez lo visitamos, mis hijas tenían 7 años

DSC05554 y apenas podían entonces bucear un poco con sus gafas, tubos y aletas.

        Esta vez ha sido diferente, con casi 11 años cumplidos la aventura estaba servida. Pertrechadas con sus equipos de snorkel hemos podido disfrutar de los fondos de las calas de Calella de Palafrugell a pleno pulmón.

      Estrellas de mar, bancos de salpas, sargos, erizos, pulpos, y otros habitantes del Mare Nostrum, han sido algunos de los tesoros que hemos podido ver bajo la superficie, pero si alguno a destacado por encima de todos han sido las Orejas de Mar, el nácar del mar.

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       Solíamos visitar por las mañanas las pequeñas calas situadas a pie del pueblo, allí, en la de Port Bo, o en la de Platja d´en Calau, o en la de Malaespina, o en la de El Canadell, nos zambullíamos en busca de los tesoros del Mediterráneo. Para los que estamos acostumbrados a bucear en el Cantábrico, el Mediterráneo nos parece una maravilla, poder disfrutar de una visibilidad de 15 metros o más es algo que ocurre en nuestro mar al año contado con los dedos de una mano.

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       Las inmersiones a pulmón se sucedían, había que descender entre 4 y 8 metros en busca de las conchas de estos preciados moluscos. Al quedar postradas sobre el fondo con la parte de nácar hacia arriba no es complicado verlas desde la superficie, los rayos de sol que atraviesan el agua y llegan hasta esas profundidades las delatan por sus brillantes reflejos.

      Vas inspeccionando el fondo desde la superficie, afinas la vista y de pronto un destello te avisa, una reluciente oreja de mar aguarda allí abajo. Te detienes, inspiras aire con tranquilidad, llenas y vacías tus pulmones unas cuantas veces y finalmente haces una buena inspiración que te permita tener una buena reserva de combustible mientras estás allí abajo. Con un golpe de riñón te sumerges y enseguida tienes que hacer la primera compensación de presión en los oídos, te cierras los orificios de la nariz, intentas expulsar aire por ellos, pero enseguida son los tímpanos los que ceden a la presión y dejan desalojar el aire que los oprime. Si la inmersión es profunda probablemente haya que volver a compensar, luego recoges la brillante oreja de mar, y sigues buceando buscando por el fondo algún otro tesoro. Pero la reserva de aire pronto llega a su fin y tenemos que volver a la superficie. Son apenas 40, 50 ó 60 segundos los que transcurren, pero las sensaciones siempre son fantásticas. También pudimos recoger de allí abajo, algunos pequeños esqueletos de erizos de mar, son algo así como unas conchas sumamente frágiles con forma esferoide achatada con una bonita superficie granulada.

     Así, entre bocanadas de aire retenidas en los pulmones, la lectura de un libro sobre un increíble viaje de 20 años navegando en un velero de menos de 8 metros alrededor del mundo, la visita a algún faro y el olor a Mediterráneo, hemos vuelto a pasar unos días en aquella orilla que tanto estábamos añorando en casa. Algo tiene ese mar que nos embruja y que cada vez que lo visitamos volvemos a casa con la convicción de que algún día allí viviremos un gran sueño…

     Pero llegamos a casa y una sorpresa nos aguarda al día siguiente, llama el cartero a la puerta y nos entrega un paquete, ¡¡ ya está, es mi libro !! antes de irnos al Mediterráneo dejé hecho el pedido a la editorial y antes de lo previsto ya me lo mandan. Este va a ser también un tesoro, pero será del Cantábrico. Nervioso abro el paquete y manoseo el libro, me encuentro emocionado, creo que ha quedado muy bonito, el interior me gusta y me leo enseguida algún párrafo. Sueño cumplido.

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viernes, 13 de julio de 2012

El viento en la bahía de Txingudi…mejor por la mañana.

          Llevo ya un tiempo observando el fenómeno, y de hecho hoy lo he comentado con un amigo que lleva tiempo navegando y el también me lo ha confirmado.
        Es muy común ( con tiempo estable ), sobre todo con vientos del cuadrante entre el N y el W, que ha ciertas horas disminuyan mucho o incluso desaparezcan las brisas en la bahía de Txingudi, el ciclo podría decirse que es el siguiente: a primera hora de la mañana es normal que apenas haya brisa, luego digamos que a eso de las 10h ( siempre hora aproximada ) comienza a soplar, está subirá más o menos y se mantendrá bastante estable hasta eso de la 17h ó 18h para luego esconderse de nuevo.
      Otra cosa muy diferente puede suceder con vientos de otra componente, los vientos del E y del S funcionan de otra manera, sobre todo los del sur, viento que yo llamo “viento loco”, por lo impredecible y poco constante de su fuerza y dirección, este parece que va como a trompicones, subiendo y bajando los nudos de su fuerza a su antojo.
     Ayer jueves salí con mi amigo Iurgi y volvimos a tener un claro ejemplo de como funciona el viento. Durante la mañana el viento se mantuvo alegre, sin pasarse pero todo apuntaba a una buena navegación para la tarde, llegó a los 10-12 nudos y así se mantuvo unas cuantas horas. Partimos del pantalán cerca de las 17h, aún teníamos un viento bonito. Al llegar al final de los espigones en la desembocadura del Bidasoa ( 20 minutos más tarde ) ya pudimos apreciar que la brisa no tenía ya la misma alegría, mantenía aun cierto soplido que entraba aproximadamente entre los 350º y los 0º, pero ya no era el viento de la mañana. Con esa componente de viento salir de Txingudi para intentar navegar por detrás de Jaizkibel sabía que iba a llevar su tiempo, estaríamos obligados a realizar algunos bordos. Pusimos primeramente rumbo entre 80º y 85º navegando de través y lo mantuvimos a una velocidad de unos 3 nudos unos 15 minutos para ganar ángulo y poder salvar, “con suerte”, en el siguiente bordo el Cabo de Higuer. Tras virar por avante pusimos proa a unos 310 º- 320º y enseguida nos dimos cuenta que aún no salvaríamos el Cabo de Higuer, y para colmo notábamos como el viento seguía su línea decreciente y el empuje iba disminuyendo. Volvimos a dar otro bordo hacia el E y ganamos de nuevo ángulo para pasar el cabo. Aún tuvimos que volver a dar un giro más por avante para salvar el cabo… ¡¡ vaya odisea con el dichoso viento N !! Finalmente, con un viento que apenas nos hacia navegar a dos nudos decidimos en la punta ya del Cabo de Higuer volver a puerto. Opté por probar algo que me gusta mucho, pero que aún me queda por aprender más para utilizarlo correctamente, pusimos las velas a “orejas de burro” y con el poco viento que soplaba de popa entramos de nuevo hasta cerca del puerto pesquero, allí la paciencia se nos terminó, bajamos velas y pusimos motor dando por terminada la tarde de navegación a vela.
Un vistazo a la carta con el recorrido.

Captura
      Iurgi se tomó la molestia de ir grabando algunas imágenes y el resultado es este video:
https://www.youtube.com/watch?v=bvcbyTjJmyQ

sábado, 7 de julio de 2012

Escuchando al viento en proa.

      Varias carambolas hacen que hoy estemos solos sin nuestras hijas, a pesar de las previsiones de viento flojo durante la mañana decidimos no perder la oportunidad y salimos a navegar. Lo hacemos pronto, son las 9 h y ya hemos soltado las amarras del pantalán, no queremos perdernos un instante de esta radiante mañana. Por un momento dejo llevarme por la imaginación – y la corriente vaciante del Bidasoa – y me parece que estamos partiendo de un puerto en el Mediterráneo, aguas tranquilas, temperatura perfecta, cielo azul…

       Nos cruzamos con la embarcación que une Hendaia y Hondarribia y vuelvo a situarme en el Cantábrico, de todas formas la bahía de Txingudi es un buen lugar para sacar las velas al viento, nada que envidiar al Mare Nostrum. Tras dejar atrás los espigones que delimitan la desembocadura del Bidasoa, decidimos izar las velas a pesar del viento flojo que casi ni mueve los pabellones del barco. Trimamos las velas lo mejor que podemos con la esperanza de que estas recojan todo el viento que puedan, y ponemos rumbo 20 º N. El viento entra por el NNW y navegamos casi de través ( digamos mejor a un descuartelar ) intentando avanzar todo lo rápido que esta suave brisa nos permite, que no es mucho, apenas sobrepasamos los 2 nudos.

      A eso de las 11 de la mañana la brisa gana un poco de fuerza y nos alejamos de la costa sobrepasando los 3 nudos, disfrutamos viendo de vez en cuando algún pez luna ( Mola mola ) dar saltos fuera del agua. Tras navegar hacia el norte más de dos horas decidimos volver, viramos por avante y ponemos rumbo al Cabo de Higuer. La brisa se mantiene y llegamos a alcanzar los 4 nudos, la navegación nos es tan placentera que al entrar en la bahía de Txingudi decidimos volver a salir hacia el norte durante un rato y disfrutar del suave viento. Tras volver definitivamente a la bahía nos amarramos a una boya frente a la escuela de vela, comemos y nos bañamos, la temperatura invita a ello.

       Marta ha practicado hoy también con las velas y el timón, poco a poco va conociendo las diferentes maniobras que se realizan a bordo y los nervios de los primeros días ya han quedado atrás. Hoy me he colocado un rato en proa mientras navegábamos, allí puedo escuchar al viento, es verdad lo que dicen, el viento susurra al entrar en las velas.

Zaldi está de estreno, su vela mayor ya tiene funda, y el toldo para los ratos de baño está casi acabado.

P1010458 [DVD (NTSC)] 

 P1010466 [DVD (NTSC)]

 

Un video del día

 

Un vistazo a la carta

Captura

domingo, 1 de julio de 2012

Una agradable sorpresa que vino del NW…

         Los partes de viento no daban precisamente muchas esperanzas para una divertida navegación, tan solo a partir de las 14 h estaba anunciado un incremento del viento. Pero para esa hora nosotros ya teníamos pensado estar en tierra. La suerte se alió con nosotros ayer y ese viento del noroeste se adelantó algo más de dos horas.
        Al llegar al pantalán, los pabellones de todos los barcos están completamente caídos y la ausencia de viento es total. Pero mientras preparamos la embarcación se empieza a percibir un ligera brisa que consigue darnos alguna esperanza de que algo nos moveremos fuera. Abandonamos el amarre a eso de las 10´30 h y tras sobrepasar la bocana del puerto deportivo de Hondarribia nos decidimos a izar la mayor, acto seguido hacemos lo propio con el génova y comenzamos a navegar suavemente, muy tranquilos, a unos 2 nudos. Poco a poco vamos ganando el Cabo de Higuer y notamos como la brisa, que ya se deja notar algo más, nos empuja a unos 3 nudos. El día empieza a prometer, el cielo está azul y a pesar de existir una mar de fondo cercana a los dos metros, la superficie está bastante ordenada. Llevamos un rumbo de 10 º N y navegamos amurados a babor a un descuartelar cercano a la ceñida que nos es muy cómodo.
         Avanzamos hasta situarnos a tres millas de la costa, consultamos el reloj y decidimos regresar a la bahía pues queremos estar de regreso a la hora de comer. Es entonces cuando nos percatamos de que el viento ha refrescado algo y Zaldi nos lleva hacia casa sobrepasando los 4 nudos, disfrutamos. Ahora el viento nos entra entre el través y la aleta de estribor y comienza lo bueno. La velocidad de Zaldi va aumentando poco a poco, ya navegamos a 5 nudos, el viento sigue refrescando y tenemos que colocarnos los tres en la misma banda para intentar compensar la escora. La diversión es palpable, nos agarramos los machos y Zaldi supera en ocasiones los 6 nudos de velocidad, las escoras empiezan a ser importantes y vamos atentos a la escota de la mayor. Decido no tomar ningún rizo, se que he navegado en alguna ocasión con viento de 15 nudos sin disminuir velas y ahora el viento ronda los 12 nudos así que ¡¡ adelante !! . Lo que al salir nos ha costado navegar una hora, ahora lo recorremos en 30 minutos, entramos en la bahía a toda vela y decidimos dar una pequeña vuelta más para disfrutar de este fenomenal viento, volvemos a salir hacia el norte durante 15 minutos y luego regresamos.
       Una vez ya dentro de la desembocadura del Bidasoa, y con el viento muy disminuido, arriamos velas y nos dirigimos al pantalán a motor. Creo que mis amigos Kris y Jose se han divertido esta mañana. Han podido darse cuenta de lo fenomenal que puede ser una navegación con un viento notable y eso en un cascarón de seis metros.

sábado, 16 de junio de 2012

Un paso más, a solas con el viento.

         Una vez más lo que para algunos es algo habitual, para mi fue el miércoles motivo de gran satisfacción. Llevaba ya unas semanas con ganas de salir solo a navegar, tras recibir algunos consejos de diferentes amigos me decidí por fin.

         La experiencia fue muy placentera, los clásicos nervios de una primera vez también estuvieron presentes, pero la cosa no paso de ahí, unos nervios. Seguí las normas, que se marcan para estos casos, a rajatabla, me aproé al viento para subir la mayor y a continuación cogí un rumbo para que la mayor portara ya algo de viento mientras subía el génova. Una vez con las velas trimadas correctamente comencé disfrutar, salí hasta el Cabo de Higuer. Allí la mar de fondo se dejaba notar algo más y me mecía como invitándome a quedarme hasta la noche. Por un momento pensé que sería una buena idea ver anochecer junto al cabo, pero ya era suficiente para la primera vez, puse proa a puerto y con una gran sonrisa en la cara regresé. Los bordos que tuve que hacer los efectué sin dificultad alguna y procuré disfrutar de la tarde, cosa que conseguí.

       Luego llegó la hora de entrar a puerto, volví a aproarme al viento y sujeté el timón a la vía mientras arriaba el génova. Una vez abajo la vela de proa, hice lo propio con la mayor, la bajé a pesar del balanceo del barco mientras efectuaba la maniobra. Hoy he recibido otro consejo de otro navegante solitario, es mejor que la mayor la arríe en un lugar más protegido, con menos viento y sin olas que me balanceen, me costará menos y será más seguro. Creo que hasta ya sé donde efectuaré la próxima vez esta maniobra.

   Bueno, el caso es que disfruté navegando solo, es diferente, es como cuando vamos solos al monte, más íntimo. Estoy seguro que repetiré. Me gustó estar a solas con el viento. Como escribió una vez un amigo mío, “sensaciones acojonantes”.

Un pequeño video de la experiencia.

 

 

domingo, 3 de junio de 2012

Galerna en Txingudi a bordo de un Somo 20

Ayer sábado pudimos disfrutar de una buena experiencia en la costa de Hondarribia, desde el día anterior los partes de viento eran muy claros y en prácticamente todas las webs coincidían, habría un rápido cambio de dirección  y fuerza del viento.
        En una de esas webs, windguru, anunciaban el cambio entre las 11 h y las 14 h, nosotros decidimos salir a navegar esa mañana. Tras estar en sobreaviso navegamos con la radio en el canal 16 atentos a los partes del tiempo.
        Partimos del pantalán con muy poco viento, tan solo una casi inapreciable brisa del sur, izamos enseguida la vela mayor y a continuación lo hacemos con el génova. A pesar de la escasez de viento, decidimos parar el motor y disfrutar de la tranquilidad que un mar como un espejo nos da esa mañana. Muy lentamente vamos saliendo de la bahía, Javier, uno de mis acompañantes tenía ganas de ver Jaizkibel desde el mar, asi que decidimos poner motor de nuevo y salimos hacia el mar.
     La radio habla, ¡¡ hay aviso, hay aviso !! el viento rolara al Oeste con fuerza 6 a 7… demasiado para Zaldi, he navegado con fuerza 5 un día pero más que eso nada de nada, ni lo quiero probar todavía, no me considero capaz todavía de gobernar la embarcación con ese viento.
      Tras contemplar Jaizkibel y sacar las pertinentes fotos decidimos poner motor de nuevo y aproximarnos de nuevo al interior de la bahía en prevención de la llegada del anunciado cambio de viento, algo que de momento no parecía que iba a suceder. Por proa empezamos a ver como dentro de la bahía hay algún velero que navega con las velas izadas, de hecho la superficie del mar allí tiene ya otro aspecto, no nos encontramos muy lejos de ese limite donde el mar parece que cambia algo y llegamos enseguida a una zona donde una suave brisa del sur nos permite parar el motor y avanzar ciñendo.
       Comenzamos poniendo rumbo hacia las Gemelas de Hendaia y el viento gana algo, navegamos a una velocidad que oscila entre 3 y 4 nudos y disfrutamos. Damos un bordo y nos encaramos hacia Jaizkibel, el viento sigue sin alarmarnos, gozamos mucho. Al rato decidimos dar otro bordo para continuar adentrándonos en la bahía y es en ese preciso momento cuando nos damos cuenta de que el viento ha girado, ahora podemos llevar un rumbo Sur sin problemas que nos permite entrar en la bahía enseguida. Poco a poco la intensidad también va variando y en el gps vemos que navegamos a 5 nudos, que maravilla.
       Pero enseguida miro a la playa y vemos algo que no nos gusta nada, allí está soplando un viento muy fuerte que levanta mucha arena, es una galerna, no hay duda, y enseguida no va a alcanzar a nosotros. Juanan se queda al timón, le indica a Javier que me suelte la driza del génova y colocado yo en proa arrío el génova, la galerna la tenemos encima, nos viene del Oeste como habían anunciado y desde luego que con una gran fuerza, decido navegar solo con la mayor sin tomar rizos pero jugando con la escota para evitar escoradas fuertes. Así, poco a poco, vamos acercándonos a la zona que está frente a la playa intentando buscar la protección del monte pensando que nos cortará un poco el viento. Pero sucede lo contrario, el viento tiende a intensificarse y hay que bajar la mayor enseguida, el barco empieza a estar incontrolable. Le indico a Juanan que procure aproarse al viento y me coloco junto al mástil para bajar la mayor. Menos mal que podemos arriarla sin demasiados problemas, el viento arrecia y aun sin velas la embarcación se escora bastante, con el motor arrancado nos dirigimos a las boyas que hay frente a la escuela de vela, pongo proa al viento y nos aproximamos a una, Juanan atrapa enseguida la estatxa de la boya y allí decidimos esperar a que baje el vendabal.
         Mientras nos dedicamos a mover los carrillos vamos notando como poco a poco el viento pierde algo de fuerza, y una hora después ya está la cosa medianamente normalizada, largamos la estatxa de la boya y nos vamos a puerto. Creo que hoy nos hemos divertido todos y yo sigo aprendiendo, he podido comprobar como el dicho que se suele oír de que cuando tengas dudas de coger un rizo es el momento de cogerlo sin duda, es cierto.
Recorrido efectuado:


Un video de la mañana donde se pueden ver las diferentes condiciones de la mar.


martes, 15 de mayo de 2012

El estrés del novato.

          Durante el curso del PER procuré estar muy atento a las diferentes maniobras que íbamos realizando en el velero, Edu, nuestro profe, nos rotó por diferentes puestos en la cubierta mientras navegábamos. Alguna vez me tocaba al timón, otras en la escota de la mayor, o en alguna de las escotas del génova, etc.

        Pero ¡¡ ay amigo !!, por fin llega el día en que tienes tu propio velero ( más pequeño, eso si ) y tienes que salir a navegar sin tu profe que lo controla todo. Salir del pantalán ya tiene su historia, que si el viento, que si que poco sitio hay... . Pero bueno, ya salimos, luego llega el momento de subir la mayor, le suelto el rollo a mi mujer de que debemos de aproarnos al viento para izarla y me imagino la maniobra sin dificultad. La verdad es que la mayor sube sin demasiados problemas, pero ahí empieza el tomate, hay viento, no se cuanto pero sopla como para despeinarme, el barco se escoraba descaradamente y amenazaba con hacernos orzar sin remedio, yo miro a la vela desde arriba hasta la base del palo e intento recordar lo aprendido… el barco va más rápido todavía, ¡¡¡ me cagüen la letxe, Zaldi para un poco coño !!! .

         Le miro a mi mujer y le veo la cara de asustada, el agua amenaza con entrar por el costado de sotavento, llevamos una escora del recopón… giro un poco a babor y el barco se levanta y se frena, ¡¡¡ uuuffff menos mal !!!, pienso para mi, mientras con voz de “aquí no pasa nada” intento calmar a la que va a mi lado.

       - ¡¡ Ni se te ocurra subir la otra vela !! - me dice la segunda de abordo…

       - Pero si no es para tanto mujer… ya verás que bien vamos con el génova subido -

Y yo cabezón de mi, la subo… ¡¡ mira miraaa, 6 nudos de velocidad !!

      - ¡¡ Baja el génova, baja el génovaaaa !! -

      -Vaaaleeee, ya la bajo – más me vale hacerle caso que si no me boicotea con no salir otro día, je je je .

 

          Eso fue el primer día, luego llegaron otros invitados abordo, hijas, amigos, cuñado… poco a poco las escotas, drizas y demás cabos se van ordenando en la cabeza, al principio siempre se queda algún cabo sin soltar de alguna mordaza, o el amantillo sin liberar la botavara, pero a base de tropezones se va aprendiendo. Poco a poco vas sacando a algún amigo a navegar, al menos para que me sujete el timón mientras subo las velas me viene bien. Los nervios se van quedando en puerto y sin demasiados trompicones me voy haciendo con las maniobras correctamente. Llega el día de salir de nuevo con la segunda de abordo, el día pinta bien, viento del norte, fuerza 3, mar de fondo de poco más de 1 metro. Las salidas del pantalán ya correctas, nos colocamos frente a la playa a cubierto del viento norte e izamos la mayor, mi hija me ayuda con el timón manteniéndolo firme y el trapo sube sin problemas, giro la embarcación y paro el motor, el viento comienza a empujar a Zaldi y enseguida subo el génova. Mi mujer me observa hoy más tranquila, creo que se da cuenta de que ya voy haciendo bien las maniobras.

P1010108 [DVD (NTSC)]

         Con las dos velas llenas de viento comenzamos a navegar ciñendo, observo a otros veleros que llevan el rumbo un poco más abierto navegan más rápido que nosotros, me coloco igual que ellos navegando de través, Zaldi aumenta la velocidad y nos ponemos a 5 nudos pero esta vez con una escora tranquilizadora, lejos de la de aquella primera vez. La escota de la mayor es cosa de mi mujer y mi hija se encarga de las escotas del génova, ¡¡ esto es otra cosa !! , yo me noto mucho más tranquilo y mi familia también.

P1010110 [DVD (NTSC)] 

          Pero esta navegación va a ser corta, una hija empieza a marearse asi que damos por acabada la navegación con los primeros síntomas, damos media vuelta y nos dirigimos a la boya de Estatxa a echar una buena siesta frente a la escuela de vela, de vez en cuando hay que darle una alegría al cuerpo.

P1010116 [DVD (NTSC)]

            El estrés va quedando atrás, los nervios de los primeros días se van olvidando, ahora comenzamos realmente a disfrutar de la mar, este verano haremos lo que en muchas ocasiones habíamos soñado. De todo esto voy sacando en limpio algunos conceptos, la vela te enseña a conocerte un poco más, te muestra tus límites y aprendes a controlar tus nervios.  Y lo mejor de todo, creo que poco a poco vas aprendiendo a ser más autosuficiente. Al final eres tu, tu barco, el viento y el mar, no hay más. Si antes admiraba a los grandes navegantes ahora creo que los idolatro.

Recorrido de la última salida con la familia.

Captura 

 

       

 

Siguen las visitas de amigos

              De nuevo recibo visita a bordo, hoy salgo con Txemi y Joana. Hay una mar de fondo de casi dos metros y el viento sopla del norte con fuerza 3. Abandonamos sin problemas la desembocadura del Bidasoa y las olas acompañadas del viento hace que Zaldi tenga un ondulante meneo que no tarda en hacer mella en Joana, se le está revolviendo el estómago. Estamos a unas dos millas de Hondarribia así que damos media vuelta y enfilamos la embarcación hacia casa, se lo que es marearse en un barco y lo único que deseas es llegar a puerto enseguida, asi que que procuraremos que lo de Joana sea lo menos posible.

        La dirección de viento no nos deja ir derechos hacia puerto por lo que nos vemos obligados a dar unos bordos para ir acercándonos a la costa, poco a poco lo vamos consiguiendo y cuando por fin nos colocamos cerca de la ladera del monte notamos que ahí el viento baja algo y el mar está más tranquilo, creo que para Joana lo peor ya ha pasado.

Llegamos a la desembocadura del Bidasoa, arranco el motor y bajamos el génova y la mayor, Joana ya tiene mejor cara, creo que a pesar de el mareo la experiencia le ha gustado. Me gustaría que otro día con buena mar repitiesen, no quiero que se quede con el recuerdo del mareo.

Unas fotos del día.

navegando por HONDARRIBI 064 [DVD (NTSC)]

navegando por HONDARRIBI 034 [DVD (NTSC)]

navegando por HONDARRIBI 054 [DVD (NTSC)]

navegando por HONDARRIBI 042 [DVD (NTSC)]

navegando por HONDARRIBI 052 [DVD (NTSC)]