lunes, 22 de agosto de 2011

Navegando en vaurien

Hoy domingo era nuestra cuarta clase en vaurien, el día amanecía muy caluroso y con ausencia de viento, la cosa no se presentaba muy bien precisamente. La primera parte de la mañana la hemos utilizado para la  teórica, vientos, nudos, virajes etc. Por un momento ha parecido que se iba a repetir la galerna de ayer pero finalmente se ha levantado solo una suave brisa que nos ha venido muy bien, hemos estado practicando continuamente giros con “timón a la vela”. Ha sido magnífico ver como con una suave brisa el vaurien comienza a navegar alegre. He llevado el gps al barco para experimentar con las mediciones náuticas, el track que ha salido es curioso, el resultado han sido casi 3 millas de un ir y venir continuo por la bahía de Txingudi la velocidad máxima desarrollada ayer fue de 6 nudos, un ritmo muy tranquilo. He podido aprovechar para grabar un poco de vídeo durante la navegación. Mi hija ha disfrutado mucho hoy, en casi todos los virajes era ella quien llevaba el timón.

La imagen del track…

 

Vaurien

El video

domingo, 21 de agosto de 2011

Las cuevas de Piedras Grandes

           Hace ya unos años, en el transcurso de una inmersión en el lugar conocido como Piedras Grandes en el tramo de costa comprendido entre Donostia y Orio, dimos con unas formaciones submarinas que escondían unas cuantas cuevas, unas mayores, otras más pequeñas, pero muy bonitas y atrayentes. La zona solo es accesible con buen estado del mar ya que se encuentra pegada a la costa y a tan solo unos 12 metros de profundidad.

         El hallazgo fue casual, debido al buen estado del mar aquel día nos decidimos a echar una ojeada a una zona junto a la costa, mientras buceábamos una gran pared vertical me llamó la atención, me acerqué a su base y para mi sorpresa vi que una oscura oquedad penetraba por debajo del paredón.

       Encendimos los focos y comenzamos a entrar por el hueco, poco a poco la pared del techo iba bajando y nos temíamos lo peor, un agujero ciego, sin continuación, pero…

         Cuando la altura del paso es de un metro +/- deja de caer, nosotros seguimos penetrando y tras unos 7 u 8 metros alcanzamos una sala con techo alto, el suelo para nuestra suerte no es de arena sino de rocas, de esa forma no enturbiamos el agua, la visibilidad dentro de la cueva es fenomenal, hay bastante oscuridad, solo unos pequeños agujeros que vemos por el fondo rompen con el ambiente oscuro del lugar, Peio me ha seguido hasta el interior y ambos nos miramos sorprendidos y muy contentos, pero ahora tenemos que echar una ojeada por los lados, es posible que exista otra salida por un lateral, giramos hacia el Oeste y vemos que aparece luz, salimos a otra sala con columnas por donde hay salida ¡¡ genial !!, es un recorrido muy bonito, la vida no es precisamente abundante dentro pero estéticamente es magnífico.

         Volvemos a la sala principal, y nos dirigimos hacia los huecos por donde hemos visto antes que entra luz proveniente de la superficie, uno de esos “tragaluces” nos da la impresión que tiene salida hacia arriba, pruebo suerte, comienzo a subir despacio por el hueco y enseguida se amplía, tiene salida hacia la parte alta de la bóveda, salgo cerca de la superficie a unos 5 metros de profundidad. El resto de la inmersión la dedicamos a bucear en el laberinto de pasadizos de Piedras Grandes.

        Fue un bonito hallazgo, no todos los días se encuentran estás cosas. Unos días después volvimos al lugar con unos amigos catalanes que hacen vídeo submarino, conseguimos grabar unas bonitas imágenes de todo aquello.

sábado, 20 de agosto de 2011

Galerna, viento fuerza 8.

           Hoy sábado teníamos nuestra tercera salida con un vaurien a la bahía de Txingudi. El día pintaba bastante decente, a primera hora había una suave brisa del N que presagiaba un buen día para navegar, algo floja tal vez, pero suficiente para pasar una buena mañana.

          Salimos de la escuela de vela del club náutico de Hondarribia, el espigón que tenemos justo a babor nos corta la brisa que entra del norte y nos cuesta un poco salir de dicho espigón. Luego, poco a poco vamos ganando terreno y el vaurien empieza a navegar hacia Las Gemelas de Hendaia, veo en el horizonte que se ha formado muy lejos una densa nube que cubre toda la línea de Este a Oeste, se lo comento a nuestra instructora, Nerea, que nos sigue en la zodiac a los tres barcos que hemos salido hoy. Cuando nos encontramos a menos de una milla de Las Gemelas de Hendaia decidimos virar y regresar ya a puerto.

           La franja nubosa que se encontraba lejos se ha acercado rápidamente, el viento aun es flojo, no superamos la fuerza dos y el vaurien navega muy suave. En un par de minutos vemos como por encima de Jaizkibel aparece como una auténtica cascada una nube, esta cae recorriendo su ladera sur en busca del valle como si fuera una gigantesca ola que a superado la montaña, de pronto, en un segundo el viento cambia de dirección, el mar se aprieta y se vuelve de un verde extraño. La fuerza de viento aumenta, al  principio nos alegra, navegamos mucho más rápido y al vaurien da gusto verle, las velas se hinchan y la botavara tiende a girar bruscamente, cazamos un poco la escota del foque y el vaurien comienza a navegar a gran velocidad.

          Vemos a Nerea, la instructora, gritándonos a los tres barcos desde la neumática, ¡¡ ARRIAR LA MAYOR, ARRIAR LA MAYOR RÁPIDO !!.  Me doy cuenta enseguida de la situación, la galerna se nos hecha encima , mi hija Andrea coge el timón y yo comienzo a soltar todo lo rápido que puedo la driza de la vela mayor.

       De pronto nuestro barco escora hacia babor bruscamente, quiere volcar, me tiro yo instintivamente contra el lado de estribor para contrarrestar la fuerza del viento y equilibrar el barco, es una galerna, el barco está ingobernable, Nerea sigue gritándonos que soltemos todo y bajemos la mayor, consigo soltar todo lo rápido que puedo la driza que necesito para arriar la vela, mi hija me ayuda a colocar la vela abajo, soltamos también la botavara que amenaza con darnos un buen golpe y tirarnos al agua. Los otros dos barcos ya han volcado, no les ha dado tiempo a arriar la vela y el viento ha podido con ellos. La situación es tensa, Nerea tiene a tres barcos en plena galerna y dos de ellos están volcados, llega la hora de poner en práctica la técnica para colocarlos en su posición natural, pero el mar está furioso y es muy difícil hacer nada, bastante hacen los ocupantes con mantenerse en el agua junto a sus embarcaciones.

          Nosotros, mientras tanto, arriamos también el foque que amenaza con rasgarse, es la pequeña vela que va en el estay de proa. El barco se mueve bruscamente de un lado a otro a merced del viento y las olas. Comienzan a aparecer otras embarcaciones mayores que se han dado cuenta de nuestra situación y vienen rápidamente a ayudarnos intentando con sus embarcaciones taparnos un poco el viento, una actitud ejemplar, hay también algunos franceses, aquí no hay banderas. Algunos me preguntan si quiero que cojan a mi hija y la lleven a puerto, pero para sorpresa mía es ella quien no quiere irse, prefiere quedarse conmigo. Llega también la embarcación de salvamento marítimo de Hendaia, sin mediar palabra se echan al agua y ayudan a voltear las dos embarcaciones que estaban enseñando la orza. En 15 minutos la situación  mejora, los tres barcos estamos a flote y con las velas arriadas y sujetas, Nerea nos pasa un cabo a los tres y lo atamos a proa. Comienza a remolcarnos hacia puerto en medio del vendaval, el viento parece que comienza a remitir, la nube está disolviéndose y poco a poco la situación tiende a normalizarse, han sido unos 20 minutos de infarto, sin más novedad llegamos todos a puerto.

         Nerea es joven aun, pero ha demostrado para que valen los 15 años que lleva navegando. La solidaridad y el compañerismo entre la gente de mar me han dejado boquiabierto, sabía algo de ello pero no imaginaba que fuese tal. Salvamento marítimo de Hendaia hoy se han ganado el jornal. Mi hija, ¡¡ châpeau  !!

Un par de fotos de antes de la galerna.

ANDREA AL TIMÓN                                                                                                   

LARUN APARECE POR PROA                                                                  

domingo, 14 de agosto de 2011

Una decisión complicada, cambio de rumbo.

Siempre me había tocado mirarlos desde la costa conformándome con imaginar la sensación viajar en uno de ellos, son los veleros. Esos barcos que con una o varias velas al viento te llevan de aquí para allí, han sido desde hace tiempo una pequeña obsesión en mis pensamientos, paso realmente envidia de los que van a bordo.
         Este año, mis hijas han tenido su primera experiencia en uno de ellos, ¡¡ ay si me hubiera sucedido a mi lo mismo a su edad !!… ellas han sido “las culpables” de que por fin me haya animado a realizar mi primer curso de vela. 
         La montaña siempre me ha gustado, y desde muy pequeño he estado andando por senderos, desde que nacieron mis hijas me propuse que ese sería para mi familia nuestro terreno en común, la montaña. Pero cada persona somos diferente y no siempre salen las cosas como uno quiere, empezamos pronto a salir los cuatro juntos a la montaña, primero fueron cortos paseos por valles, luego modestas ascensiones a montañas cercanas. No tardamos mucho tiempo en darnos cuenta que ese no iba a ser su terreno, mi mujer tiene fuertes influencias que llevan siempre su mirada al mar y creo que mis hijas llevan en sus genes esas influencias. La montaña no les llena, no hablan su idioma. Ya han podido probar la sensación de estar varios minutos respirando bajo la superficie del mar y su cara lo decía todo, el mar les llena.
         Por mi parte, la mar siempre me ha parecido también muy atrayente, he podido también disfrutar de lo que hay bajo su superficie desde que era pequeño, en la actualidad sigo buceando de vez en cuando, pero me quedaba la espina clavada de disfrutar sobre su superficie.
         Solo vivimos una vez, y la mía quiero disfrutarla con los míos, en la montaña los echo cada día más de menos. Por ello llega un giro importante en mi vida, la montaña va a pasar a un segundo plano, quiero compartir con los míos todo el tiempo posible, será casi como un volver a empezar, compartiré por fin con ellos muchos más ratos.
        Ayer fue mi estreno, mis primeras brisas marinas, la experiencia fue fantástica, esta vez era yo el que iba en el velero y otros los que miraban desde la costa. Fueron solo 3 millas de navegación, algo me recordó a mis primeras y sencillas salidas al monte de chaval. Solo 3 millas que estoy seguro que serán las primeras de una larga travesía. 
        Veremos hasta donde nos lleva el viento.
Una foto de las “culpables” en su estreno este año
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Recogiendo velas
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