jueves, 24 de enero de 2013

100 historias, la vida del blog.

          Siempre he pensado que ser dueño y señor de un blog conlleva “algunas obligaciones” , cierto es también que hacer algo por obligación no suele ser buena idea para conseguir buenos resultados. Escribir en un blog es en definitiva mantenerlo vivo, posiblemente no consiga muchos lectores, pero no olvido que yo mismo seré algún día el principal “leedor”.

         Fue en Junio del 2010 cuando empezó a rodar mi blog “La rosa de los vientos”, desde entonces, montañas, senderos, muchos amigos, olas, viento, y familia han sido los actores de las 100 primeras publicaciones. Pero hace ahora un año llegó el turno de una de ellas, no tardé en darme cuenta de lo que iba a suponer la misma, el blog cambiaría de nombre, solo faltaba escoger el momento adecuado.

       Pues dicho y hecho, “Más allá del horizonte” es el nuevo y definitivo nombre del blog, espero que las 100 siguientes publicaciones lleguen pronto, eso será señal de que el viaje hacia el horizonte sigue vivo. Durante estos algo menos de tres años, he podido ver como otros amigos también se han animado con un blog, me alegro, es gratificante leer a un amigo.

       Además de las publicaciones propias, procuro que el blog aporte otra información, viajes, ascensiones, navegación, lecturas, enlaces a otros blogs y webs, todo ello tiene un común denominador, “ la aventura”, siempre me han llamado las actividades en la naturaleza, las aventuras, en el blog es fácil darse cuenta de ello.

       Un amigo mío escribió tras su primer descenso de cañones, “sensaciones acojonantes”, aquellas palabras siempre las he tenido presentes, sensaciones, tal vez sea eso lo que realmente buscamos, grandes sensaciones. Es igual que se produzcan en una cima, a 30 metros de profundidad en el mar, o mientras el viento nos impulsa sobre las olas, esas sensaciones son las que nos mantienen vivos, deseosos de repetirlas en cuanto podemos escapar de la vida rutinaria. ¿ Os imagináis una vida sin ellas ?, yo no.

zaldi

sábado, 12 de enero de 2013

Caminando sobre el mar

            Las predicciones de viento para el día 5 hablaban claro, viento flojo o muy flojo. Sin duda, una buena ocasión para dejar a Zaldi amarrado y volver a calzarme las botas de monte, además, Juanan me acompañaría, una ocasión así no podía perdérmela.

           El día amanece gris y frío, es lo que toca ahora, recojo a mi amigo en su casa y subimos en coche hasta el refugio de Arritxulo. Pero al salir del coche el panorama desde allí arriba nos sorprende, hay un espléndido mar de nubes y encima nuestro el cielo es azul. No tardamos en tomar nuestro camino y pronto ponemos a funcionar las máquinas de fotos, algo me dice que hoy trabajarán y mucho.

             Según ganamos altura nuestra satisfacción aumenta, ante nosotros se extiende un inmenso mar, mejor dicho, océano de nubes que se ha establecido a unos 500 metros de altura, todo lo que hay por debajo de esa cota queda oculto a nuestras miradas. El clímax llega a su “cenit” cuando llegamos a la cima de Bianditz, desde la cumbre nuestra vista alcanza hoy nítidamente las cumbres del pirineo navarro. ¡¡ Cuánto tiempo sin disfrutar de un panorama semejante !! Allí, en lo más alto del recorrido de hoy disfrutamos, el placer visual nos invade y las tarjetas de memoria de las cámaras se impregnan de imágenes que son un auténtico tesoro de piratas.

          Apenas hace viento y las nubes del valle siguen donde estaban, hoy no levantará allí abajo. El territorio de Iparralde también está inundado de nubes y el Larun parece hoy una enorme isla en medio del mar, solo faltan en el decorado los barcos…

        Tras deleitarnos con la vista del mundo que nos rodea, tomamos un cómodo camino que nos descenderá hasta Domiko. Al llegar al pantano visitamos el enorme secuoya que habita junto a su orilla y disfrutamos de la paz del lugar. El pequeño embalse es un espejo y la tranquilidad que se respira en el lugar hace que nuestras pilas se recarguen. Sin demora buscamos el canal que nos llevará hasta Aialde, magnífico lugar para reponer fuerzas, el descenso hasta la central hidroeléctrica donde da comienzo el tramo de agua acanalada es de una gran belleza, pisamos terreno muy poco transitado.

         Tras recorrer los 5 km de canal llegamos a Aialde, allí, un reconstituyente caldo nos revitaliza, y tras despedirnos de la amable anfitriona terminamos nuestro recorrido ascendiendo hasta el collado de Aritxulegi.

         Ha sido una vuelta a las montañas fabulosa, es cierto que he notado mi bajo estado de forma, pero eso tiene arreglo, lo importante es que la montaña ha vuelto a saciar nuestros deseos, ha sido generosa con nuestras pretensiones.

Las imágenes hablarán por si solas.

          

domingo, 6 de enero de 2013

En mis pensamientos, Ushuaia…

           Hoy, mientras navegaba hacia el norte desde Hondarribia, mis pensamientos volaban hasta el otro lado del charco a latitudes australes. Allí, ocultos entre los canales de la Tierra de Fuego, está viviendo sus últimos momentos en tierra una tripulación que puede sentirse muy afortunada. El Pakea parte desde Ushuaia hacia la Antártida, al reino del viento…allí les esperan aventuras, emociones, y tal vez, solo tal vez, algún que otro mal rato.
          Es lo que tiene navegar solo, tienes tiempo, mucho tiempo para pensar y cavilar, es mi primera salida de este año 2013 y espero que lo sea de una larga lista. Hoy sopla un suave, pero frío, viento del Este, mis planes para hoy eran claros, atravesar con Zaldi las murallas que defienden el Castillo de Sokoa en la entrada a la bahía de St Jean de Luz, pero el viento viene precisamente de esa dirección asi que mis planes se vienen abajo. Cambio enseguida de rumbo, navegaré hacia el Norte impulsado por el viento que me llegará de través por el costado de estribor.
          El viento hoy es franco, no hay apenas rachas, al contrario que en la ultimas salidas donde el viento del sur asustaba a ratos…pero eso si, corta como un cuchillo. Según voy alejándome de la costa el viento gana algo de fuerza y supero los 5 nudos de velocidad, Zaldi navega cómodo, apenas hay mar de fondo y casi sin darme cuanta voy alejándome del Cabo de Higer. Disfruto muchísimo viendo como mi barco navega mientras cae escorado a la banda de babor, es una sensación difícil de explicar, algo parecido a caminar por una gran montaña…escuchas al viento, notas la tensión de las escotas y otros cabos, allí estás solo tú, tu barco, el viento y el mar.
        Llega la hora de comer, me he traído un rancho marinero en un termo, me coloco navegando hacia el NW con viento largo, así podré moverme con más tranquilidad por el barco mientras como, cuando el barco recibe el viento por una de sus aletas navega cómodo, sin grandes escoras, es un rumbo fácil, abres la vela mayor, tensas la trapa y el barco se vuelve dócil. La comida cae en el estómago enseguida y hasta apetece tumbarse un rato al sol a dormitar…
        Pero habrá que ir pensando en regresar, en cuanto el sol comience a perder altura la temperatura también bajará, estamos en Enero. Empiezo ciñendo durante unos minutos para ganar barlovento y luego vuelvo a colocarme de través al viento. Por mi proa asoman allí arriba, lejanas, Aiako Harriak, mañana caminaré junto a ellas, son unas montañas formidables. Navego a una velocidad que ronda los 5 nudos y en poco más de 1 hora me planto frente al faro de Higuer, allí el viento comienza a disminuir y Zaldi se hace el remolón para navegar por la bahía de Txingudi, apenas cojo los 2-3 nudos. Llego a la altura del puerto refugio y decido ya poner motor, el viento casi ha desaparecido y veo como otros veleros también se dirigen ya a puerto.
           La primera del año ha sido muy intensa, buena mar, viento franco, cielo azul, casi casi el paraíso, otros, en el Sur, muy al Sur navegan hacia “su paraíso”, la Antártida…