domingo, 8 de septiembre de 2013

Hondarribia-Getaria-Hondarribia. Dos días en la mar.

        El año pasado llegamos hasta Donostia, allí, hicimos noche en esa ocasión fondeados en la bahía. Al volver a Hondarribia me prometí que durante el verano siguiente navegaríamos más al Oeste, dicho y hecho, nos vamos a Getaria.

       Para esta ocasión cambio de tripulación, la familia se queda en casa y mis amigos Joana y Txemi suben a bordo. Getaria representa algo especial para mi por diferentes razones, es el lugar donde habitualmente hemos buceado desde hace años, y es, además, el pueblo natal de Elkano, así pues, que mejor manera de llegar a él que a vela…

       Septiembre está a la vuelta de la esquina, pronto empezarán los vientos del Sur, tan desbocados, tan alocados, tan incontrolables… Estamos ante el último fin de semana de Agosto, todo pinta bien, el mar, el viento, el cielo, nos vamos a navegar…

       Largamos amarras en Hondarribia con un cielo salpicado de nubes altas que no amenazan, el viento aún es flojo y utilizamos el motor para salir del río Bidasoa. Antes de llegar al cabo de Higer las velas ya se alimentan de una suave brisa del NNW, con paciencia vamos ganando terreno al Norte, aunque a decir verdad nos estamos abriendo hacia el NNE, el tímido viento que sopla no nos deja ganar más barlovento.

         No tardamos en virar por avante y ponemos proa hacia Getaria, navegamos al 250º-255º, si mantenemos ahí la aguja del compás llegaremos a rumbo directo al pueblo que vio nacer a Elkano. Hasta Pasaia navegamos muy tranquilos, procuro mantener las velas con el mejor trimado posible, se trata de sacar partido a este flojo pero constante viento que nos aleja del cabo de Higer. Por la amura de babor aparece el monte Urgull, la isla Sta Clara y el monte Igeldo, es Donostia, la ciudad que nos vio nacer a mi mujer y a mi, ahí hemos pasado la mayor parte de nuestras vidas. Saco una foto con el teléfono de la vista de la ciudad y se la mando a Marta, mi mujer, le gustará.

        Donostia nos hace un regalo y el viento coge mayor protagonismo, ya desde Pasaia este estaba subiendo algo de intensidad, pero ahora está claro, ya ha llegado el viento que anunciaban para la tarde. Zaldi aumenta su velocidad y la navegación se hace más dinámica. Tenemos el ratón de Getaria a unas 8 millas, con este viento llegaremos en menos de 2 horas.

       Navegamos a 5-6 nudos frente a la bocana de Orio, allí donde el río Oria se vuelve salado. De pronto, bajo la botavara, veo una figura que sale del agua y vuelve a zambullirse, ¡¡ son delfines !! Nos ponemos los tres en pie, no podemos creerlo, estamos a una milla de la costa y un numeroso grupo de esos maravillosos mamíferos están dando grandes saltos. El momento es muy especial, emoción, gritos, es nuestra primera vez… Tras pasar 10 minutos observándolos parece que deciden irse a mar abierto, nos despedimos de ellos y continuamos navegando, Getaria está cerca.

        Contacto por radio con el puerto de Getaria, les pido un amarre para pasar la noche tranquilos. No hay problema, me responden enseguida y me dan la situación del pantalán asignado. Navegamos por la bahía de Getaria, reconozco los diferentes puntos de inmersión donde tantas veces nos hemos sumergido. Llegamos, han sido algo más de 6 horas desde que abandonamos nuestro amarre en Hondarribia. Llegamos a vela hasta la bocana del refugio, allí, Txemi se va a proa y mientras la génova cae mi amigo la va asegurando en cubierta. A continuación le toca a la mayor, pongo proa al viento para desventar la vela y largo la driza que la mantiene izada, la plegamos ordenadamente y con el motor a un tercio entramos en Getaria.

        Somos pequeños, un barco pequeño, pero nos sentimos grandes, solo han sido poco más de 23 millas, pero la distancia es lo de menos, lo importante es lo vivido a bordo. Pero los buenos ratos no han terminado, dos amigos nuestros se han acercado hasta Getaria y cenaremos con ellos. Tres amigos, un velero, el mar y el viento, no había nada más, con esos ingredientes hemos sabido crear una pequeña aventura, la aventura de dos montañeros y un aprendiz de marino que la pasada noche soñaron con llegar a Getaria a vela.

        Esta noche soñaremos bajo las estrellas en Getaria mecidos por Zaldi, soñaremos que mañana regresamos a Hondarribia, soñaremos que vemos las ziabogas de las regatas en Donostia, soñaremos que navegamos a vela rumbo a casa…

Algunas veces los sueños se hacen realidad…

Travesía realizada.

Captura 2

 

Mientras navegábamos fuimos los tres grabando a ratos, Txemi a sabido resumir aquellos dos días en un bonito vídeo.

5 comentarios:

Txemi dijo...

Una gran experiencia
Ha sido un gran placer acompañarte en esta tu primera "travesía larga".
Un abrazo.... y a por las siguientes

NATURMENDI dijo...

Ahora multiplica esta travesía por "X" y llegarás a donde quieras.

Ah, que es más complicado que todo eso, bueno tiempo al tiempo.

Un abrazo trío.

Alberto.

Fernando dijo...

Alargarla en distancia solo tiene el problema del tiempo, y no me refiero al meteorológico...
Pero como bien dices Alberto, demos tiempo al tiempo.
Un saludo.

haritz dijo...

Bonita travesía Fernando.

Veo que estás disfrutando muchísimo con el velerito. ¡Me alegro!

Por cierto, mi padre y yo navegamos normalmente en el Skama (un barcazo) pero el nuestro está en Hondarribia (Haizape II).

¡A ver si coincidimos en alguna ocasión!

Bon courage!

Fernando dijo...

¡¡ Hombre Haritz, que alegría leerte por aquí!!

Como puedes ver mi Zaldi no tiene nada que ver con vuestro Skama, a ver si me acerco un dia a ver el Haizape II.
Para nosotros llegar a Getaria fue un gran paso, poco a poco vamos ampliando horizontes y así el año que viene espero llegar a Bizkaia con mi txikitín.
Un saludo.