jueves, 19 de septiembre de 2013

Un día redondo

       Un tímido viento del sur, que soplaba en la desembocadura del Bidasoa, poco hacia presagiar la jornada tan divertida que nos esperaba por delante. Jon, una amistad ya confirmada, se acercó hasta Hondarribia desde Lekeitio, le conocí, o mejor debería decir, le ciberconocí al poco de comprar mi velero.

       Buscando por la red información sobre el modelo Somo 20, mi velero, di con el blog de Hooper, otro Somo 20 patroneado por Jon. No tardé en contactar con él dando contestación a sus instructivas publicaciones blogeras. A menudo le he pedido consejo sobre diferentes aspectos de la vela, la coincidencia de tener los dos el mismo barco ha sido muy beneficiosa para mi. Mi experiencia navegando a vela se reduce a un par de años, por ello he sabido apoyarme a menudo en sus consejos.

      Para este verano habíamos planeado juntarnos los dos en algún puerto intermedio entre Hondarribia y Lekeitio, posiblemente en Getaria. Pero por diferentes motivos hemos acabado los dos en ese puerto en distintas fechas. Pero Jon no se ha contentado con eso, quería conocer a Zaldi, mi velero, y ha decidido acercarse a Hondarribia.

      A las 8´30 h estamos los dos estrechándonos las manos junto al pantalán de Zaldi. Un café y se rompe el hielo, la idea es que Jon vea como navegamos Zaldi y yo, que nos corrija lo que haya que corregir, y que, como no, hablemos del mundo de la vela y la mar.

       Una vez a bordo, Jon echa una ojeada al barco y me comenta algunas diferencias con el suyo. Salimos a motor hasta donde acaban los espigones que encierran al Bidasoa, allí decidimos izar velas e intentar aprovechar el flojo viento terral que sopla, paramos motor y Eolo toma el mando. Pero algo ocurre de pronto, junto al barco algo se mueve, algo con lo que ninguno de los dos contábamos…ffssssshh, ¡¡ UN DELFÍN, UN DELFÍN !! Si, un ejemplar enorme de cerca de 3 metros se sitúa junto a nosotros, apenas 4 ó 5 metros nos separan de él, aparece varias veces expulsando aire por su orificio superior. No podemos creerlo, estamos a tan solo 300 o 400 metros de tierra, el mamífero se esconde bajo la superficie durante unos minutos y al rato vuelve a salir junto al barco, nos está siguiendo, juega y pasa por debajo del casco, le podemos ver perfectamente hasta unas grandes y marcadas cicatrices que lleva en su costado izquierdo. El juego se prolonga unos 20 minutos, nos acompaña mientras navegamos a vela lentamente, intentamos fotografiarlo pero sus apariciones son inesperadas y nos cuesta pillarlo.

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          Es algo fantástico ver un animal como ese en libertad, disfrutamos lo que podemos de la visita y enseguida retomamos la navegación. Los pronósticos anuncian un giro del viento al W o WNW para mediodía, y aciertan. Tras unos minutos casi en calma total, la brisa va llegando, la superficie de la mar se riza y Zaldi comienza a navegar poco a poco más alegre. Tras librar la zona de bajíos que hay frente a Las Gemelas ponemos rumbo a Sokoa, navegamos a un largo y disfrutamos de la mar, del viento y de la charla…

         Para cuando llegamos a la bahía de la costa labortana, el viento ya tiene cierta intensidad, Zaldi nos ha traído sobrepasando los 4 nudos y si se cumplen los pronósticos la cosa irá a más.

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         Abandonamos la bahía de Sokoa por la bocana situada al Este y comenzamos a ceñir, el viento nos deja poner proa al 330º, está claro, el viento llega del W. Nos separamos unas 2 millas de tierra y decidimos virar, tras la maniobra la proa apunta al 240º, ceñimos a rabiar y las gemelas las vemos justo en la proa. No nos cuesta darnos cuenta que habrá que volver a hacer un bordo más hacia el Norte para librar los bajíos de Las Gemelas. El viento arrecia, le calculamos 12 o más nudos ( mas tarde pudimos comprobar que aguantamos rachas de 15 nudos ), El barco navega genial, ceñimos 4 - 5 nudos y da la sensación que lo aguanta bien sin coger rizos, no está mal para un txiki de 6 metros. La navegación se hace divertida, nos turnamos al timón y una vez más puedo ver a Zaldi navegar desde proa, cada día me gusta más.

        A las 16 horas entramos en la bahía de Txingudi, allí, la superficie se ordena y aplana y nosotros nos relajamos al timón. Las velas las llevamos izadas hasta entrar en el Bidasoa, en el río el viento muere y ponemos motor para llegar al amarre.

        Un delfín, poca ola, buen viento, tiempo estable, un nuevo amigo, ha sido un día redondo.

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2 comentarios:

Hooper dijo...

Bonita entrada. He vuelto a disfrutar ese día tan bonito que nos salió... y que la combinación Zaldi y Eolo nos regalaron.

A mí me parece que Zaldi lo hizo muy bien. Quería probar un Somo 20 con orza abatible. Y ese día, yo creo que hizo una ceñida muy considerable y muy bien. Sobre lo de rizar, en un barco de desplazamiento limitado, el llevar un invitado de 90 kilos se nota, se ha de reconocer. Pero se portó genial. Fue muy bonito.

Y además, comparado con otros que tuvimos cerca, razonablemente rápido. Me sigue gustando este modelo de barquito...

Y su patrón, Fernando, pues lo mismo. Me encantó tu sensibilidad con el viento, y me dio mucha envidia, porque considero que esas percepciones corresponden a esos dones que se tienen o no se tienen, y tú lo tienes.
En cuanto a técnica, creo que habrá quedado claro que no me tienes nada que envidiar, y que (como ya te dije antes) aprendes rápido y mucho. Dentro de poco no te podré seguir. Bueno sí, pero por muy detrás.

Y además, encima, cocinas muy bien, que las kokotxas estaban de cine (si decides cambiar de pareja avisa, que nos casamos :-))

En resumen: Muy bien Zaldi, muy bien su patrón, muy bien Hondarribi y un día genial.

Queda pendiente iros a visitar con el Hooper. La próxima primavera o verano, cae...

Sobre el delfín, hay (tengo) que reconocer que si hubiéramos reaccionado bien y a tiempo, podríamos haber hecho alguna foto mejor... Oportunidades tuvimos, pero era tan bonito así, a pelo y en directo...

Y puestos a sacar fotos, me hubiera gustado sacar unas fotos a los vela ligera que nos encontramos, especialmente a esa pareja de septagenarios a lomos de sendos laser. ¡¡Toma ya!!
Esperemos poder seguir navegando con esa edad...

Eskerrik asko, Fernando, eskerrik asko Zaldi!!!

Fernando dijo...

Lo reconozco, Zaldi me gusta más ahora que cuando lo compré, será que vamos conociéndonos. Pero que no te quepa ninguna duda Jon, ese conocimiento que estoy adquiriendo del velero es en buena parte gracias a ti.
Para mi fue un día muy especial, y sí, gracias a Eolo y a Zaldi, pero desde luego que gracias a ti por venirte a visitarnos.
No me compares contigo, tu experiencia en la mar es algo muy importante, yo veo muchos detalles que así me lo dicen.
Nos veremos.