domingo, 1 de agosto de 2010

La Gomera, una isla trek.

       Según cuentan los gomeros, en 1.498 se refugiaron en los bosques que rodean el Alto de Garajonay los habitantes que poblaban la isla. Los invasores castellanos los fueron rodeando poco a poco hasta tenerlos bajo las puntas de sus lanzas y espadas.
       Hoy en día solo quedan unos restos de lo que fue aquel último reducto para los indígenas gomeros y se encuentran en el techo de la isla, en el Alto de Garajonay a 1.487 m.
       Los gomeros tenían un dios, Orahan que vivía en los cielos. Por ello, escogieron el Alto de Garajonay para rendirle culto, ya que era el lugar que se encontraba más cerca de el en la isla. En su santuario ofrecían a su dios ofrendas en las que quemaban parte de lo que según ellos recibían de el, cabras, cerdos, parte de las cosechas etc etc.

        La sensación que uno puede percibir al estar allí arriba rodeado de esos restos tiene cierta semejanza con lo que se podría sentir al estar dentro del círculo que forma cualquiera de los cromlechs que abundan en nuestro territorio.
       Nos hemos llevado un grato recuerdo en nuestra primera visita a La Gomera, sus gentes a pesar de vivir con cierto aislamiento, sobre todo en las aldeas de montaña, se muestran muy orgullosos de ser lo que son, GOMEROS.
        La Gomera es una isla que realmente está despertando al turismo desde hace solo unos años, no espere el viajero encontrar en esa tierra grandes infraestructuras turísticas, tan solo en el Valle gran Rey aparecen algunos hoteles y apartamentos pero nunca con las dimensiones de otras islas del archipiélago canario. Existe otra localidad costera donde se podrá hallar un buen hotel, Playa de Santiago, una localidad donde antaño la pesca y la agricultura eran las fuentes de ingresos de los lugareños, allí hace muchos años se estableció una familia noruega, los Olsen, que fueron los impulsores del hotel Jardín Tecina, auténtico remanso de tranquilidad.
        El hotel se construyó sobre unos acantilados y encima del pueblo pesquero, los Olsen impulsaron las plantaciones de plátanos que suplantaron a otras de tomate. Tuvieron muchos años de grandes ganancias pero ya hace un tiempo que el negocio de los plátanos ha venido a menos y quedan pocos terrenos cultivados. El hotel Jardín Tecina se ha convertido en un auténtico oasis en medio de la árida costa sur de La Gomera.
Por contra, está la costa norte, allí el verde es el color predominante, valles como el de La Hermigua son un claro ejemplo de lo fértiles que pueden llegar a ser las tierras de La Gomera. Pero la isla tiene un “ problema “, su orografía, las grandes extensiones más o menos llanas brillan por su ausencia, los cultivos existentes se asientan sobre bancales que se encaraman hasta las zonas altas de las laderas. Es una agricultura compleja pero muy agradecida debido al clima que impera en la isla. En la zona norte, como ocurre en otras islas canarias las precipitaciones o al menos el clima húmedo son bastante más abundante que en el sur, pero sin llegar a tener temperaturas frías.
         Si nos fijamos en el sur no nos costará adivinar que la lluvia hace acto de presencia muy pocos días al año, allí el agua es oro y no se desperdicia una gota, los regadíos existentes funcionan con el goteo controlado, sistema mucho más eficiente que el regadío convencional.
Pero la perla de la isla esta en su zona centro, donde las montañas son las dueñas de La Gomera. Ahí está el Parque Nacional de Garajonay, auténtico pulmón gomero. los bosques de lurisilva que lo inundan todo son una maravilla. Quien viaje por primera vez a La Gomera se preguntará como es posible que estén tan verdes y frodosas esas montañas con la escasa precipitación de lluvia que hay… . En La Gomera tienen un secreto, la lluvia horizontal, las nubes que si suelen formarse a menudo en las cumbres. Esas nubes están cargadas de una altísima humedad, humedad que es recogida por todas las plantas hasta la última gota. Yo tuve la suerte de poder contemplar in situ ese efecto en uno de mis recorridos por la isla, fue para más exactitud en la zona del Roque Agando, yo me encontraba subiendo por el valle de Benchijigua, desde la costa ya pude observar que la zona alta de la isla estaba tomada por las nubes, unas nubes de aspecto muy denso y muy blancas. Al aproximarme al Roque Agando la temperatura rondaría los 30ºC pero según fui subiendo por el sendero penetré en la zona de nubes y una humedad que lo impregnaba todo me rodeó en un santiamén. De repente pude observar como todas las plantas, grandes y pequeñas, estaban llenas de gotas que pendían de sus hojas y tallos, rozar con un arbusto era terminar totalmente calado, era como si hubiese estado cayendo una fina lluvia durante horas. De ese modo es como sobrevive Garajonay, gracias a una naturaleza inteligente y ahorradora. En las fotos que enseño podréis ver ese efecto de la lluvia horizontal.
           Por cierto, el nombre de Garajonay viene de una leyenda de amor como no podía ser de otra forma. Una leyenda que como muchas acaba en tragedia. No os costará encontrarla por la red.
Como recuerdo he seleccionado unas pocas fotos de esos días fenomenales con la familia


La Gomera from Fernando BD on Vimeo.


El track del avistamiento de cetáceos: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1021977

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