Los días de las invernales en el pirineo occidental están llegando a su fin este año, la nieve se está retirando de las cumbres y poco a poco solo los neveros con acumulación importante de nieve se mantienen blancos.
Esta ha sido la primera visita a Lescun del 2011, para esta ocasión hemos elegido una cumbre de altura modesta. El Pic de La Leurt no llega a los 2.000 metros pero ha sido una ascensión entretenida. Nos desplazamos hasta el valle de víspera y una fina lluvia nos recibe en Masousa, las expectativas no son buenas, pero montamos rápidamente la tienda para dormir y nos acostamos con la esperanza de que el tiempo cambie por la noche. A la media hora de apagar la luz ya no oigo como las gotas de lluvia golpean en el doble techo de la tienda… .
A las 6´30 h abro los ojos y solo se escucho el rumor del agua del torrente que baja impetuoso desde el fondo del valle, parece que no llueve. Pero en unos minutos percibo como comienza a caer una fina lluvia y nos desilusionamos un poco. Pero para sorpresa nuestra a la media hora ya no se escucha llover, abro la cremallera de la puerta de la tienda y vemos como se están abriendo claros en el cielo. Salimos rápidamente de los sacos, preparamos las mochilas y desayunamos sin perder un minuto. Recogemos la tienda y salimos para arriba viendo como grandes claros se adueñan del cielo.
El bosque está bellísimo, Miranda está entusiasmada y disparamos muchas fotos que ralentizan nuestra marcha, un poco antes de llegar al Pont de Lamary tengo un descuido y el tobillo izdo se me dobla dolorosamente, me lo tiento un poco y me da la impresión de que no ha sido nada importante, continuamos con la marcha y en algo menos de dos horas llegamos a las cabañas de Ansabere. Allí, paramos a comer algo rápido y observamos que el cielo se mantiene sin cambios y los claros abundan. Seguimos por el sendero que sube al ibón de Ansabere, un poco antes de llegar al pequeño lago nos desviamos de ese sendero y afrontamos una media ladera que nos llevará a un collado en el costado norte del pico. En un principio nuestra idea era subir por la arista de la vertiente sur, pero un vertical muro de roca compacta nos obliga a cambiar de idea y tenemos que pasar a media ladera por debajo del pico para izarnos al collado norte. Desde allí un terreno sin demasiadas complicaciones, aunque en algún paso nos obliga a utilizar las manos para avanzar, nos lleva hasta la cima del Pic de La Leurt.
En unos minutos vemos que amenazadoras nubes están cubriendo una buena parte del valle, sacamos rápidamente las fotos de rigor y emprendemos una huida hacia abajo intentando escapar de las nubes que van a llegar. Durante la bajada me doy cuenta de que el tobillo se me está cargando y unos agudos pinchados empiezan a amargarme el día, parece que la torcedura del tobillo durante la ascensión fue peor de lo que pensaba. Llegamos a las cabañas de Ansabere y el estado de mi tobillo ya se ha convertido en un lastre, comemos algo rápido y continuamos con el descenso. No puedo llevar un ritmo alegre en el caminar y les pido a Miranda y Txemi que no me esperen más, que ya nos juntaremos en Masousa, los pinchazos van en aumento y me lo tomo con paciencia aunque estoy deseando llegar al final de la ruta.
Al fin llego a Masousa y me quito las botas, el tobillo ya a comenzado a hincharse y por el color se puede adivinar que es fácil que haya algún pequeño derrame interno. La lluvia aguanta sin llegar y nos da tiempo a comer en Masousa.
Otra cima de Lescun que nos deja un fenomenal sabor de boca, y un claro ejemplo de que no solo la altura cuenta en las montañas, La Leurt es pequeña comparada con sus vecinos, pero nos ha hecho disfrutar como cualquier otra montaña.
Miranda ya está enganchada al valle.
Las fotos de la ascensión
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